viernes, 17 de diciembre de 2010

CAIDAS Y RECAIDAS DEL ENFERMO ALCOHOLICO

Ya que el beber de vuestro familiar fue algo aprendido y solía utilizarlo en respuesta a ciertos disparadores, él o ella puede que vuelvan a beber otra vez. Es importante para toda la familia, incluido el alcohólico, reconocer cómo puede reaccionar antes o inmediatamente después de que eso ocurra:
  1. Hay muchos signos que indican que la persona puede estar pensando que una copa puede ser buena, servir de ayuda o ser necesaria.
  2. Él o ella puede que se esfuercen menos en llevar a cabo o intentar nuevas alternativas o incluso en esperar que éstas tengan resultado.
  3. Él o ella puede que parezcan más tranquilos o reservados de lo que es normal. Puede que estén “embotellando” sus sentimientos de nuevo.
  4. Él o ella puede que se ponga a hablar de los efectos positivos del alcohol olvidándose de las consecuencias negativas de la bebida.
  5. Puede que no se hagan conscientes de las ganancias de la sobriedad y comenzar a pensar que puede controlar su modo de beber y por tanto volver a beber otra vez.
  6. Puede que se vuelva menos activa/o olvidándose de sus responsabilidades dentro del hogar y de la familia.
  7. Puede que comiencen a frecuentar sus antiguos lugares de bebida y a sus últimas compañías de “andanzas. Algunos asumen muy pocas responsabilidades.
  8. La PPB a menudo siente que puede manejar las cosas por sí misma/o.
  9. Puede que decida dejar de acudir a tratamiento, dejar de toma Antabus.
  10. Puede que se vuelva irritable o tenga problemas de sueño.
  11. Puede que incluso sienta lástima de sí mismo desarrollando el conocido caso del “pobre de mí”.
Llegados a este punto es importante que los familiares revisen sus propia conducta. A veces no son conscientes de que está influyendo en el modo de actuar de la persona con problemas de alcohol. A veces los familiares están demasiado ocupados en sus intereses individuales y comparten menos su tiempo con la persona. Los sentimientos no se expresan y los compromisos se olvidan. Las familias a veces cargan con las responsabilidades de la persona con problemas de alcohol y se niegan a redefinir o aceptar un nuevo reparto de responsabilidades dentro de la familia.
En ocasiones, algunos miembros de la familia sospecharán que su familiar vuelva a estar bebiendo y se volverán desconfiados, le reñirán, registrarán su habitación e incluso puede que le recuerden a la persona con problemas de alcohol incidentes anteriores. La familia puede incluso tratar de controlar a la persona con problemas de alcohol rechazando las bebidas que otras personas le ofrezcan o incluso controlando el dinero que lleve encima. La confianza necesita tiempo para volver a construirse y es fácil que muchas acciones den al traste con ella si no se tiene el cuidado suficiente.
Si ocurren estas señales de alarma, el enfermo alcohólico debe hablar de sus sentimientos y pensamientos con su familia, amistades, compañeros de tratamiento o miembros de terapia. También servirá de ayuda pensar en las consecuencias positivas de la sobriedad y en las negativas de beber alcohol. De este modo ella o él pueden ponerse en contacto con personas que le sirvan de apoyo y consejo, tomar Antabús o Colme y poner en práctica sus alternativas.
A menudo es importante que las familias respondan a estas circunstancias difíciles del modo más tranquilo posibles. Los grupos de terapia familiar y otros grupos de apoyo de la propia red personal serán de gran ayuda para poder expresar vuestros propios sentimientos (los sentimientos de la familia). Debéis fijaros, del modo más positivo posibles, en los cambios que vuestro familiar ha realizado desde que está sobrio. Mencionad esos cambios así como las veces en que disfrutasteis juntos cuando él estaba sin beber. Puedes incluso sugerirle a él o ella algunas de las alternativas y metas que él o ella mismo desarrolló. A veces, incluso sólo hace falta charlar o dar un paseo con él para que la situación se solucione.
Recuerda, todavía sigue siendo responsabilidad suya el beber o no beber. Tú sólo puedes intentar servir de apoyo.

Caídas

Una tarea importantísima para considerar y planear por adelantado es la de las caídas. Una caída es volver a beber alcohol después de un período de abstinencia. Puede que digas, “pero si mi familiar no tiene intención de volver a beber. ¿Por qué debe estar pensando en hacer planes por si cae?”. Te darás cuenta de que las caídas son normales y que incluso forman parte del proceso de recuperación en muchos casos.
Si tu familiar bebe una bebida alcohólica tú puedes hacer lo siguiente:
  1. Trata de mantener la perspectiva de tus sentimientos. Recuerda que no es el “fin del mundo”. Puedes hacer algo para ayudarte a ti mismo y mantener tu sentido de bienestar. Llama a la asociación, a algún otro familiar o amigo, o a cualquier persona que pueda servirte de apoyo.
  2. Recuerda que la decisión de beber o no hacerlo es responsabilidad de la persona con problemas de alcohol. No será útil intentar controlarle o encubrirle. Evita buscar o esconder las botellas. Ten cuidado que no te coja espiándole sea a dónde sea que vaya. Si actúas de ese modo puede que eso se convierta en un desencadenante para que él o ella vuelvan a beber.
  3. No asumas las responsabilidades de tu familiar incluso si eso significa dejar algunas cosas sin hacer. Continúa con tus rutinas diarias tanto como sea posible.
  4. Intenta hablar con tu familiar en un momento adecuado, cuando tenga poco o ningún alcohol en el cuerpo (primera hora de la mañana)
  5. Recuérdale, de buenas maneras, lo que ha conseguido mientras estaba sobrio y de lo mucho que todos disfrutasteis con eso.
  6. Puedes decirle de modo cuidadoso las consecuencias negativas que podrían ocurrirle si continuase bebiendo. Es importante no recordarle situaciones del pasado.
  7. Si has comprendido y conoces cuáles son sus disparadores y alternativas, puede que seas capaz de ayudarle a explorarlos, y animarle a poner en práctica algunas alternativas. También puedes sugerirle algunas personas que podrían ayudarle.
  8. Recuerda, todas estas sugerencias deben ser puestas en práctica del modo más positivo y que sirva de mayor apoyo posible. No siempre es posible usarlas, y, desde luego, cada persona debe considerar en primer lugar su seguridad y bienestar, abandonando el hogar si existe algún peligro de que pueda sufrir algún tipo de malos tratos.

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