El tratamiento del alcoholismo se debe personalizar en función de la problemática de la persona que acude a consulta.
La ansiedad y el estado anímico generalmente juegan un papel relevante en las conductas de abuso de alcohol.
Las principales técnicas de tratamiento de tipo cognitivo del alcoholismo son: Reestructuración cognitiva, solución de problemas y condicionamiento encubierto. Es importante fomentar expectativas de autoeficacia en la persona: La percepción de autocontrol en situaciones de riesgo es uno de los mejores predictores de las conductas de abstinencia. Hay que distinguir entre un consumo de alcohol aislado y una recaída (retorno a la pérdida de control).
Las técnicas fisiológicas más importantes son: Relajación, desensibilización sistemática y bio-feedback.
Las técnicas motoras son: Entrenamiento en habilidades sociales, exposición… El uso de los llamados fármacos interdictores con un control externo inicial puede ser de gran ayuda sobre todo en el inicio del tratamiento, por lo que el apoyo familiar y social es fundamental. Es importante también evitar lugares, personas o actividades asociadas al consumo de alcohol y generar conductas incompatibles con el consumo alcohólico (desarrollo de conductas alternativas, ir acompañado…) y hay que detectar decisiones aparentemente irrelevantes. También es de gran utilidad planificar conductas incompatibles con el consumo de alcohol (adicciones positivas) como el deporte, hobbies, cursos, actividad social sin alcohol…
Superar la adicción al alcohol es un proceso largo que requiere un gran esfuerzo, sin embargo, con la motivación, orientación y técnicas adecuadas es posible solucionar el problema y establecer mecanismos que eviten las recaídas.
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