El problema que siempre les pasa a los demás también se puede presentar dentro de la familia nuclear, afectando a uno de los padres.
El alcoholismo siempre es un problema que les pasa a los demás, o le ocurre a un tío o a un primo, la situación fuerte es cuando se encuentra dentro del hogar y se trata de uno de los padres.
Es imposible poder detectar el problema en un inicio, porque las reuniones y demás eventos sociales siempre contribuyen en disfrazarlo, incluso, una bebida a la hora de la comida o un digestivo en la tarde, funcionan como pretextos muy válidos para que el problema se mantenga oculto. No hay ningún método de poder detectar el problema en una etapa temprana, cuando razonar con la persona es poco más sencillo que cuando la adicción ya se ha adueñado de la situación.
Cambios radicales, tratos difíciles
Es difícil tratar con los enfermos (al final el alcoholismo, así como las otras adicciones, es una enfermedad), porque, al igual que las drogas, el consumo de alcohol y los trastornos que este produce en la conducta humana, puede desencadenar que las variaciones de estados de ánimo sean radicales y no se mantenga una constante, por lo que será casi imposible razonar con ellos.
Pero ¿qué es lo que ocurre cuando el problema entra al núcleo familiar y afecta a uno de los padres? Tenemos un problema de proporciones épicas que repercutirá en la vida de todos los integrantes de la familia, ya que no solo se tratará con un enfermo alcohólico, sino que se trata de una de las personas que, a vista de los hijos, era quien resolvía los problemas, atendía la casa, cuidaba y velaba por todos los miembros de la familia, y radicalmente se está convirtiendo en una célula cancerígena que altera a todo el organismo y la cual se debe buscar sanar cuanto antes.
El efecto en los demás miembros de la familia
De no tomar cartas en el asunto, y atenderlo inmediatamente, los miembros de la familia verán sus vidas alteradas de mil maneras, los hijos pueden tener altibajos escolares y problemas en sus relaciones sociales, mientras que el otro padre puede alejarse de la familia al tener en sus manos una situación que es sumamente difícil de mantener bajo control. Como menciona el Dr. Ackerman en su artículo "Alcoholism and the Family", se vuelve una enfermedad familiar que afecta a todos como si se tratara de una mente en común.
Sin embargo, el mayor problema que se puede dar es que alguno de los miembros genere co-dependencia al padre enfermo, lo que se puede manifestar de múltiples formas, como por ejemplo, una inconsciente necesidad de monitorear sus actividades y en el momento en que el alcohol se haga presente, buscar fricciones en lugar de alejarse; también se puede dar el caso en el que uno de los hijos comúnmente, asuma el rol que le corresponde a dicho padre y cargue entonces con todas sus tareas y responsabilidades aparte de las que ya tiene, lo cual puede repercutir severamente en su salud tanto física como emocional y psicológicamente.
Decisiones firmes más ayuda profesional
El problema puede tardar en gestarse años, y pueden pasar otros años antes de que se tomen cartas en el asunto. Desafortunadamente, se trata de una enfermedad en la cual el cariño y la comprensión de quienes están al lado del enfermo, no son suficientes, por lo que siempre se necesitará ayuda profesional y una actitud firme ante las situaciones que se pueden presentar, como que el enfermo rechace la ayuda o busque hacer actividades que por su condición representan un riesgo tanto para él como para la sociedad.
En el caso de uno de los padres como adicto al alcohol, esto se puede tornar mucho más difícil, por lo que la firmeza debe de venir por parte de todos los miembros de la familia para que a la hora de actuar, no haya ningún eslabón débil que pueda afectar con el proceso al cual se tendrá que someter para lograr una recuperación, ya que el padre enfermo puede apelar a los demás miembros de la familia, ya sea prometiendo que no volverá a pasar o pidiendo que no lo separen de su casa, hijos, etc.
Después de rehabilitación
Cabe mencionar que es difícil que la recuperación llegue a ser total, ya que siempre existe el riesgo de que vuelva a caer en el alcohol y las relaciones con la familia, no solo con los miembros nucleares, serán difíciles de volver a forjar; es recomendable apoyar totalmente al enfermo en su etapa de recuperación, sin embargo, por el hecho de que habrá relaciones dañadas, no será sencillo, por lo que los otros miembros de la familia también deben de ser ayudados profesionalmente, tanto para estar listos para convivir con el padre enfermo, así como para poder entender que el apoyar no significará consecuentar al que se encuentra en recuperación, ya que dicho miembro también debe de aprender a ser responsable de sus actos y de sí mismo, así como a actuar de una manera que no lo lleve a caer de nuevo en las adicciones, porque se trata de una enfermedad de la cual nunca se va a recuperar, pero que sí se puede controlar.
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