El consumo prolongado de alcohol puede causar, entre otras patologías cardiovasculares insuficiencia cardiaca, arritmias e, incluso, muerte súbita. Estas son las manifestaciones de la miocardiopatía alcohólica, una enfermedad poco conocida y que suele ser asintomática en la fase temprana, pero que tiene un buen pronóstico con un tratamiento precoz y adecuado. La presencia del polimorfismo DD del gen de la ECA (enzima convertidora de la angiotensina), incrementa la aparición de enfermedades miocárdicas en alcohólicos crónicos, induciendo mayor disfunción ventricular y peor pronóstico evolutivo. Por ello, es importante detectar esta afectación en fase precoz mediante un estudio genético que permita identificar a las personas de más riesgo.
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