El Delirium tremens es el delirio alcoholico agudo. Puede iniciarse bruscamente pero también puede comenzar de noche, después de un sueño. El cuerpo se encuentra bañado en sudor, el temblor es generalizado, la agitación es intensa e incesante, el insomnio es constante y total.
El paciente manifiesta un estado intensamente alucinatorio, gestos interminablemente repetidos, búsqueda incesante de objetos, ilusión de pequeñas bestias en las cuatro esquinas de su habitación, actitudes asustadas.
Completamente desorientado en el tiempo y en el espacio, cuando se lo interroga bruscamente, puede dar dos o tres respuestas lúcidas, especialmente sobre su propia identidad, pero pronto recae en su agotadora agitación y retorna a su mundo alucinatorio.
La desintegración de la motricidad entraña movimientos anormales propios del delirium tremens: movimientos de masticación, de succión, de prensión, que son los síntomas de una profunda afectación encefálica.
La temperatura es un signo esencial. En dos o tres días se eleva hasta los 39º a los 40º y el estado cardíaco debe ser controlado atentamente pues a menudo la muerte resulta de un accidente cardio vascular.
Con las terapéuticas actuales la evolución favorable es cada vez más frecuente pero existe el peligro de que el enfermo caiga en coma por la alta temperatura en un acceso convulsivo o en el curso de un síncope.
El consumo de alcohol crónico produce una encefalitis psicótica aguda por lesiones cerebrales y degeneración celular y también se relaciona con la disminución de la capacidad funcional del hígado.
La creencia en el delirio puede persistir varios días después de la crisis y en algunos casos, existe la posibilidad de una evolución crónica de los trastornos delirantes alcohólicos.
El delirio de celos puede aparecer después de una fase de sueño. En este delirio se mezclan a menudo temas hipocondríacos, homosexuales e incestuosos latentes. Las reacciones agresivas y violentas son de temer siempre.
El paso a la cronicidad puede afectar la memoria que a la larga se puede transformar en un cuadro demencial progresivo.
El alcohólico crónico tiene tendencia a encaminarse, después de un tiempo de impregnación suficiente, hacia un estado de deterioro intelectual y afectivo progresivo, indiferencia ante las responsabilidades y decadencia moral y social cada vez más profunda. Sin embargo, este estado, con el tratamiento adecuado y si el enfermo abandona el alcohol definitivamente, puede ser reversible
La cura del alcoholismo requiere varios pasos que incluyen:
La abstinencia y la cura de desintoxicación.
Tratamiento para provocar una intolerancia al alcohol(cura de repugnancia)
Cura psicoterápica de sostén para él y sus familiares directos.
Post-cura de seguridad y control, que requiere su reincorporación al trabajo y continuar con la medicación de sostén.
El alcoholismo, como cualquier otra adicción no se cura, pero el paciente puede recuperarse y abandonar el hábito si es tratado adecuadamente, principalmente teniendo en cuenta los conflictos más profundos de su personalidad.
La adicción al alcohol, puede heredarse, pero según Freud también es un mecanismo de defensa neurótico en personalidades depresivas, con fijaciones por traumas en la etapa oral del desarrollo psicosexual.
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