lunes, 17 de enero de 2011

Las bebidas energéticas con alcohol y cafeína bajo la lupa

El consumo de alcohol afecta el juicio - Samantha MarxEn los últimos tiempos ha aumentado la popularidad entre los adolescentes de las bebidas energéticas que contienen alcohol y cafeína. Algunas autoridades se han preocupado por el aumento de su consumo en campus universitarios de los Estados Unidos. Los organismos pertinentes han recibido peticiones de un estudio profundo sobre las consecuencias del consumo excesivo de este tipo de bebidas y de una legislación en consecuencia.
La alarma ha llegado en las últimas semanas, en que varios universitarios han tenido que ser hospitalizados después de haberlas bebido en exceso, llegando a mezclarlas con otras bebidas alcohólicas. Algunas localidades han prohibido su consumo de manera preventiva, otras se disponen a hacerlo.
Hace un año el Departamento de Control de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) comunicó a cerca de 30 fabricantes de bebidas que contienen cafeína y alcohol sus intenciones de examinar la seguridad y legalidad de sus productos.
Se trataba de considerar si era legal que la cafeína pudiera ser añadida a las bebidas alcohólicas. Hasta ese momento solo se había aprobado el uso de la cafeína como aditivo en refrescos a muy bajas concentraciones, pero no se había aprobado su utilización en bebidas alcohólicas.
Con anterioridad algunos fabricantes habían descontinuado la fabricación de ese tipo de bebidas, otros se comprometieron a no producirlas en el futuro.
La investigación continúa.
El pasado 25 de octubre, en el estado de Washington, fueron hospitalizados nueve estudiantes de la Universidad Central después de participar en una fiesta. Sus niveles de alcohol en sangre estaban en el rango de 0,123 a 0,35. Un nivel de 0,3 se considera letal. Habían consumido una bebida energética que contenía cafeína y alcohol, Four Loko; algunos la habían mezclado con otra bebida alcohólica.
Una lata de Four Loko contiene el equivalente de beber cinco o seis cervezas además de niveles altos de cafeína y azúcar. Se le conoce como desmayo enlatado o cocaína líquida.
Por su parte la Universidad Central de Washington anunció la prohibición temporal de este tipo de bebidas en el campus universitario. Algo similar comunicó el Ramapo College de New Jersey, después de varios casos de intoxicación con alcohol desde el comienzo del curso escolar, varios de ellos relacionados con Four Loko.
A principios de este mes dos consejeros del Consejo de la Ciudad de Chicago introdujeron una propuesta de prohibición de las bebidas alcohólicas con cafeína, alegaron que estas bebidas eran peligrosas para los adultos más jóvenes por su efecto de poca conciencia de intoxicación.
En esos días, y por la misma causa, el estado de Oklahoma anunció la prohibición de la venta de Four Loko y de otras bebidas parecidas en todo el estado. A su vez, legisladores del estado de Nueva York anunciaron sus intenciones de prohibir las bebidas energéticas con alcohol.
A nivel molecular, el alcohol funciona como agonista del sistema del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA), potenciándolo. Es por ello que reduce la ansiedad e incrementa la relajación. Los niveles altos de alcohol provocan entonces una súper inhibición neuronal, dejando a las células fuera de combate.
Un estudio reciente mostró un posible vínculo entre el consumo de alcohol en la adolescencia y el riesgo de padecer depresión en edades tempranas de la adultez.
Los efectos del alcohol en la conducción de vehículos consisten en un retardo del tiempo de reacción y aumento de la distancia de frenado y del balanceo corporal.
El alcohol también disminuye la calidad del sueño.
La cafeína actúa como antagonista de la función de neurotransmisor de la adenosina, que normalmente tiene un efecto sedante. Es por ello que el café provoca pérdida de sueño.
Otros mecanismos moleculares explican que la cafeína haga que aumenten la fuerza y la velocidad de las contracciones del corazón.
Ambas sustancias elevan los niveles del neurotransmisor dopamina, relacionado con las funciones del cerebro de control del movimiento, respuesta emocional y habilidad de experimentar placer y dolor. El cambio de niveles de dopamina en el cerebro producto de la exposición a las drogas puede afectar la respuesta al neurotransmisor, con consecuencias severas si ocurren en regiones relacionadas con la emoción o la motivación.
En un estudio realizado el pasado año se pudo observar que los ratones que tomaron cafeína después de alcohol tenían disminuida su capacidad de aprendizaje, particularmente el reconocimiento de señales de peligro.
Algunas investigaciones sugieren que el consumo de estas bebidas disminuye la sensación de intoxicación en personas que habían consumido alcohol.
En una investigación llevada a cabo en estudiantes universitarios se encontró que su ingestión estaba asociada con el incremento de la frecuencia en que los jóvenes bebían hasta emborracharse y la duplicación de las veces en que se emborrachaban en una misma semana.
Los estudiantes que declararon haberlas consumido presentaron un número mayor de consecuencias relacionadas con el alcohol, como haber sido aprovechado sexualmente o aprovecharse de otro, ir en el coche con un conductor borracho, haber sido dañado físicamente, y requerir tratamiento médico.
El profesor Thomas Gould, miembro del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo de los Estados Unidos, en una entrevista concedida a la revista Scientific American manifestó que"el alcohol es adictivo y las personas pueden hacerse dependientes de la cafeína. El problema es si estas bebidas son más adictivas. Si el consumo combinado de alcohol y cafeína da lugar a mayores niveles de consumo de alcohol, entonces es probable que se incremente el riesgo de desarrollar alcoholismo".
En su entrevista Gould también se refiere al hecho de que en la adolescencia el cerebro aún se está desarrollando, particularmente la zona relacionada con la toma de decisiones y el control de los impulsos.

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