07-nov-2010 Raidel Ortega Pérez
No todo lo legal es bueno y en esta categoría se encuentra el consumo de alcohol. Las noticias diarias nos hablan e informan de las constantes luchas contra drogas como la cocaína, marihuana y muchas más, pero quizás no son las más problemáticas del mercado.
El alcoholismo está considerada una enfermedad y como cualquier otra droga causa síndrome de abstinencia cuando no es posible su consumo. La persona alcohólica se envuelve en un ciclo donde el aumento de las dosis diarias se convierte en una práctica habitual.
Las drogas legales causan a nivel general más problemas. La familia, el trabajo, las relaciones con amigos se rompen y destruyen diariamente por problemas de alcoholismo. Se calcula que a nivel mundial, cerca de dos mil millones de personas consumen bebidas alcohólicas.
Los efectos sobre la salud varían fundamentalmente en los hábitos de consumo. Los patrones de una persona afectada pueden variar enormemente. Se cree que el alcohólico es el bebedor diario o habitual pero se ha demostrado que los bebedores con jornadas de abstinencia que pueden llegar a meses, pueden padecer esta enfermedad.
Por estas razones es imprescindible no bajar la guardia frente a este problema, en la mayoría de los casos no somos conscientes del grado de afección en que nos encontramos y quitamos importancia a los avisos externos de nuestros seres más allegados.
Los accidentes de tráfico las enfermedades crónicas y los perjuicios psicológicos tanto para el afectado como los que lo rodean son enormes. El deterioro de la calidad de vida e incluso una muerte prematura son riesgos diarios para una persona alcohólica.
Para los jóvenes su introducción en el mundo de las drogas comienza por beber alcohol
Pese a las medidas preventivas de no vender a menores de edad bebidas alcohólicas, para cualquier joven es una regla fácil de saltar. La juventud es la etapa de experimentar y probar infinidad de nuevos estímulos. Esto los convierte en un grupo altamente en riesgo de caer en problemas de alcoholismo.
La violencia entre jóvenes se relaciona en muchos casos con el consumo de alcohol. El llamado botellón se ha convertido en práctica habitual en los días de fiesta. Este hábito entre la juventud se encuentra muy de moda y lo realmente preocupante son las edades de chicos y chicas que forman muchos de estos grupos de fiesta. Mucho se dice de lo perjudicial de esta práctica, pero realmente poco se hace para combatirla.
En el caso de jóvenes con tendencia al consumo cotidiano la intervención de la familia y fundamentalmente los padres se hace necesaria. Un diagnóstico temprano, como en cualquier otra enfermedad, sigue siendo una de las mejores soluciones.
Síntomas del alcoholismo
Conocer los rasgos característicos de los síntomas de alcoholismo nos ayudaráa a detectar en las personas que nos rodean e incluso en nuestro comportamiento la presencia de un gran problema.
Al consumir alcohol se aumentará periódicamente la tolerancia a los efectos que produce en el cuerpo. Las dosis se irán incrementando y con esto la necesidad de consumir diariamente y las dosis se repartirían en varias jornadas a lo largo del día.
La persona pierde el control total sobre el alcohol, en este momento es el alcohol el que domina a la persona. Momento crucial cuando el afectado se da cuenta que tiene un problema. Si se busca ayuda no todo está perdido, pero, si la reacción es alejarnos a lugares solitarios donde la mirada de familiares o personas allegadas no puedan vernos, tendremos un problema mayor.
Esta reacción es muy común cuando no podemos controlar la necesidad de beber y a su vez no se quiere sentir culpable por lo que se está haciendo. Cuando se llega a este punto las pérdidas de memoria se vuelven habituales, los problemas en la familia el trabajo y en nuestro estado de humor varían drásticamente.
Se comienzan a variar las horas de las comidas y en muchos casos a disminuir los alimentos diarios. Esto trae serios problemas alimenticios y se visualiza en los cambios físicos que se producen, como pueden ser:
Pérdida de peso corporalFrecuentes nauseas acompañadas de vómitosDecoloración de la pielAparecen temblores incontroladosTaquicardias, alucinaciones y sudoresPeligro de desvanecimientos que pueden ocasionar graves lesiones
La aceptación del problema y buscar ayuda de un especialista es un gran paso para la persona afectada. La familia juega un papel fundamental en la recuperación, del medio social en que se encuentre el afectado y del apoyo que reciba de estos dependerá la evolución de esta enfermedad.
El análisis final y el más importante queda por parte del afectado, contrapesar lo que se gana y se pierde por un hábito curable es sin duda una de las decisiones más importantes de su vida.
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