a) Sistema Nervioso Central
1. Degeneración cerebelosa alcohólica. Se caracteriza por inestabilidad del tronco, incoordinación de las extremidades inferiores y temblor. El tratamiento se basa en suprimir el alcohol y administrar tiamina.
2. Enfermedad de Marchiafava-Bignami. Es una degeneración del cuerpo calloso, encargado de la conexión interhemisférica. Cursa con alteración de la consciencia, crisis convulsivas y signos neurológicos multifocales. La evolución es lenta y conduce a la muerte en 3-6 años. El tratamiento consiste en abstinencia y reposición de nutrientes.
3. Mielinolisis pontina central. Se trata de una encefalopatía generalizada, asociada al etilismo crónico y la desnutrición. Un desencadenan-te son las hiponatremias seguidas de la corrección rápida de los valores séricos de sodio.
4. Demencia alcohólica y atrofia cerebral. Se produce un deterioro progresivo de las funciones cognitivas superiores, tras años de consumo, sin una aparente causa nutricional. Las alteraciones cognitivas y radiológicas mejoran con la supresión del alcohol.
5. Epilepsia. El alcohol favorece las crisis epilépticas tanto durante la deprivación como en fase de consumo activo o después de más de un mes de abstinencia, lo que indica que intervienen mecanismos distintos de la propia abstinencia que no están del todo aclarados. Los individuos alcohólicos tienen mayor incidencia de crisis secundarias ya que como resultado de patologías frecuentes en estos pacientes (traumatismos cráneo-encefálicos, infecciones del SNC, etcétera) pueden desarrollar crisis epilépticas50.
6. Factor de riesgo de enfermedad cerebrovascular. El etanol es un factor de riesgo vascular porque causa hipertensión en la ingestión aguda y crónica, favoreciendo la aparición de ictus hemorrágico51 así como daño vascular, miocardiopatía y fibrilación auricular. Además, en jóvenes es factor etiológico para desarrollar un ictus52.
Existe un síndrome «simulador de ictus» durante una ingesta abundante que es reversible, donde no se evidencia en las pruebas de imagen infarto ni hemorragia y cuya patogenia se desconoce.
b) Sistema Nervioso periférico
1. Polineuropatía. Se distinguen las llamadas formas clásicas53 (polineuropatía alcohólica y disautonomía) de otras formas relacionadas con el consumo de alcohol (síndrome de los «pies calientes» y neuropatía de la hepatopatía crónica):
a) Polineuropatía alcohólica. Es una polineuropatía axonal sensitivomotora distal progresiva de curso lento, que mejora si cesa la in-gesta de alcohol, pero la recuperación puede ser sólo parcial.
b) Neuropatía autonómica alcohólica (Disautonomía alcohólica). Los pacientes suelen presentar hipotensión postural, palpitaciones, distermia, y sudoración excesiva de predominio en extremidades inferiores.
c) Síndrome de los pies calientes (burning feet). Consiste en síntomas sensitivos esencialmente referidos a los pies o a la planta de los mismos, con intensa sensación de calor y quemazón.
d) Neuropatía de la hepatopatía crónica. Es una neuropatía sensitiva muy dolorosa desmielinizante crónica, aunque casi siempre es subclínica.
2. Miopatía. Clínicamente se presenta como miopatía subclínica, presentando calambres o debilidad de modo intermitente o como miopatía crónica, desarrollando una debilidad proximal progresiva. Ambas mejoran con la eliminación del consumo de alcohol.
1. Degeneración cerebelosa alcohólica. Se caracteriza por inestabilidad del tronco, incoordinación de las extremidades inferiores y temblor. El tratamiento se basa en suprimir el alcohol y administrar tiamina.
2. Enfermedad de Marchiafava-Bignami. Es una degeneración del cuerpo calloso, encargado de la conexión interhemisférica. Cursa con alteración de la consciencia, crisis convulsivas y signos neurológicos multifocales. La evolución es lenta y conduce a la muerte en 3-6 años. El tratamiento consiste en abstinencia y reposición de nutrientes.
3. Mielinolisis pontina central. Se trata de una encefalopatía generalizada, asociada al etilismo crónico y la desnutrición. Un desencadenan-te son las hiponatremias seguidas de la corrección rápida de los valores séricos de sodio.
4. Demencia alcohólica y atrofia cerebral. Se produce un deterioro progresivo de las funciones cognitivas superiores, tras años de consumo, sin una aparente causa nutricional. Las alteraciones cognitivas y radiológicas mejoran con la supresión del alcohol.
5. Epilepsia. El alcohol favorece las crisis epilépticas tanto durante la deprivación como en fase de consumo activo o después de más de un mes de abstinencia, lo que indica que intervienen mecanismos distintos de la propia abstinencia que no están del todo aclarados. Los individuos alcohólicos tienen mayor incidencia de crisis secundarias ya que como resultado de patologías frecuentes en estos pacientes (traumatismos cráneo-encefálicos, infecciones del SNC, etcétera) pueden desarrollar crisis epilépticas50.
6. Factor de riesgo de enfermedad cerebrovascular. El etanol es un factor de riesgo vascular porque causa hipertensión en la ingestión aguda y crónica, favoreciendo la aparición de ictus hemorrágico51 así como daño vascular, miocardiopatía y fibrilación auricular. Además, en jóvenes es factor etiológico para desarrollar un ictus52.
Existe un síndrome «simulador de ictus» durante una ingesta abundante que es reversible, donde no se evidencia en las pruebas de imagen infarto ni hemorragia y cuya patogenia se desconoce.
b) Sistema Nervioso periférico
1. Polineuropatía. Se distinguen las llamadas formas clásicas53 (polineuropatía alcohólica y disautonomía) de otras formas relacionadas con el consumo de alcohol (síndrome de los «pies calientes» y neuropatía de la hepatopatía crónica):
a) Polineuropatía alcohólica. Es una polineuropatía axonal sensitivomotora distal progresiva de curso lento, que mejora si cesa la in-gesta de alcohol, pero la recuperación puede ser sólo parcial.
b) Neuropatía autonómica alcohólica (Disautonomía alcohólica). Los pacientes suelen presentar hipotensión postural, palpitaciones, distermia, y sudoración excesiva de predominio en extremidades inferiores.
c) Síndrome de los pies calientes (burning feet). Consiste en síntomas sensitivos esencialmente referidos a los pies o a la planta de los mismos, con intensa sensación de calor y quemazón.
d) Neuropatía de la hepatopatía crónica. Es una neuropatía sensitiva muy dolorosa desmielinizante crónica, aunque casi siempre es subclínica.
2. Miopatía. Clínicamente se presenta como miopatía subclínica, presentando calambres o debilidad de modo intermitente o como miopatía crónica, desarrollando una debilidad proximal progresiva. Ambas mejoran con la eliminación del consumo de alcohol.
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