domingo, 5 de junio de 2011

Causas y Factores de Riesgo

Causas, y Factores de Riesgo

En las últimas décadas se ha podido concluir que la adicción tiene un origen multifactorial e involucra una interacción compleja entre precursores genéticos, fisiológicos y ambientales. Podríamos resumirlos brevemente en los siguientes rubros:

1. Familiar.

Son los factores de riesgo más frecuentes, en especial en el alcoholismo. Por lo general hay permisividad en el seno familiar, problemas de comunicación (falta o comunicación disfuncional por ejemplo: maltratos, insultos, dominancia), pobres estilos disciplinarios, rechazo parental, abuso físico y sexual (particularmente en mujeres); hogares desintegrados (divorcio, separaciones), así como la falta de adecuada supervisión familiar.

2. Social.

Nuestra sociedad es permisiva con el alcohol y en tal sentido desde que nacemos hasta nuestra muerte los eventos sociales están entremezclados con el alcohol, la disponibilidad de las bebidas etílicas juega un rol importante para el inicio del de sustancias ilegales. El machismo es otro atributo psicológico de base cultural que tiene mucha relevancia en los patrones de consumo de nuestra sociedad. Otro aspecto adicional a considerar es el vínculo con amistades malsanas con tendencias antisociales donde la presión de grupo ya sea en contextos sociales, laborales o académicos son muchas veces la que precipita el desarrollo de consumos excesivos y finalmente la dependencia.

3. Psicológicas y Psiquiátricas:

Los factores de riesgo más reconocidos para el desarrollo de las adicciones se resumen en los siguientes acápites (Kumpfer, 1993; Saavedra-Castillo, 1996):

3.1 Trastornos Perturbadores de Conducta:

Rebeldía con tendencia a transgredir las normas sociales, indisciplina, impulsividad y/o agresividad, hurtos o tendencia a vínculos con pandillas callejeras.Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención que se refiere al niño(a) con problemas de inquietud, hiperactividad, impulsividad y serios problemas de atención con el resultante menoscabo en el rendimiento escolar. Dada su inquietud e hiperactividad muchos de estos niños desarrollan problemas de conducta y con frecuencias estos cristalizan en problema con alcohol u otras drogas.

3.2 Trastornos de Personalidad:

Problemas en la forma del comportamiento (conducta), la manera de pensar (cognición), la modalidad de manifestar sus afectos e impulsos, así como la manera de relacionarse con los demás. En el escenario de la dependencia a sustancias muchos de los trastornos de personalidad predisponen al consumo, por lo cual es pertinente, su adecuado reconocimiento y atención temprana para evitar su desenlace en problemas adictivos.

3.2.1 Trastorno de Personalidad Dependiente: Joven que se deja llevar por el grupo, usualmente pasivo, de poco carácter, que por lo general no asume sus propias decisiones sino deja que otros lo hagan por él, inseguro, con marcadas necesidades de ser asistido por los demás. Frecuentemente estas personas son presa fácil de la presión social para el consumo de alcohol y otras drogas.

3.2.2 Trastorno de Personalidad Evitante (Ansiosa): Es la persona con rasgos de timidez de mucho tiempo, con creencias de ser inferior, socialmente inaceptable, con serios problemas para relacionarse a nivel social (particularmente con el sexo opuesto) por el temor a la crítica, rechazo al no “caer bien”. Muy cohibida, temerosa al fracaso y que con frecuencia usa el alcohol y otras drogas (estimulantes) como forma de desinhibirse , relajarse y así poder suplir su deficiencia psicológica personal y enfrentar las situaciones sociales y temores diversos.

3.2.3 Trastorno de Personalidad Antisocial (Disocial): Se refiere a un trastorno con claras perturbaciones conductuales antes de los 15 años, caracterizada por la trasgresión repetitiva y constante de las normas sociales y de los derechos de los demás, con problemas de indisciplina, rebeldía y variados grados de conductas antisociales (delincuenciales). Tal trastorno suele acompañarse del uso del alcohol y otras drogas dentro del repertorio conductual antes mencionado. Es uno de los trastornos de peor pronóstico y que es una condición que debe ser identificada por el riesgo de manipular el entorno en beneficio persona.

3.2.4 Trastorno de Personalidad Histriónica: Trastorno frecuente de el género femenino, caracterizado por la tendencia a la exageración en la expresión de sus emociones, con búsqueda constante de ser el centro de la atención, con poca tolerancia a la frustración, con tendencia a enfrentar sus problemas o conflictos a través de conductas mal adaptadas ejemplo; desenfrenos impulsivos, gestos suicidas, manifestaciones conversivas (desmayos, “crisis de nervios”, cefaleas intensas, etc.) o disociativas (ejemplo. estado de trance, desorientación en persona, conductas regresivas ) cuya finalidad es manipular a su entorno (pareja, familia) para satisfacer sus necesidades personales. Este tipo de personalidad con frecuencia usa el alcohol, los sedantes u otras drogas para enfrentar sus conflictos de relación y/o sus tensiones extremas, calmando transitoriamente sus angustias para luego cristalizar en la dependencia.

3.3 Depresión:

La depresión se refiere al estado de abatimiento, tristeza, desesperanza, minusvalía, emotividad, insomnio, pérdida de apetito e ideas de muerte o intentos suicidas con variados grados de compromiso funcional en las áreas académicas, laborales o socio familiares de más de dos semanas de duración, desencadenada o no por estresores ambientales (ejemplo: muerte de familiar, problemas económicos, conflictos familiares, etc.), constituye una de las condiciones que pueden anteceder a la iniciación de la adicción o a un consumo excesivo crónico de alcohol y otras sustancias.

3.4 Ansiedad:

Estrés es una de las condiciones más frecuentes con las que una persona se enfrenta en el diario vivir. El estrés se define como el estado de tensión generado por los múltiples problemas o presiones (personales, familiares, económicos, etc.) que la persona puede estar enfrentando y que es el resultado de la forma como esta aprecia tales estresores y de los mecanismos de afrontamiento que dispone a través de su experiencia de vida. (Goetsch, V., Fuller, M., 1993). Tal situación es con frecuencia el precipitante del consumo de alcohol u otras drogas como forma de aplacar la angustia, la tensión en algunos casos, y en otros como forma de olvidar la realidad tan dura. Aquí la orientación apropiada de las medidas de relajación así como del uso adecuado de su red socio familiar inmediata son las medidas más a la mano que se disponen para enfrentar tal condición.

Otro trastorno frecuente es el de la Ansiedad Generalizada que se refiere al estado de ansiedad crónico. La persona se preocupa en demasía por todas las cosas, y tiene tendencia a pensar en las diversas posibles eventualidades negativas de su vida o de sus allegados. Por lo general tales personas dado los niveles elevados de tensión son candidatos plausibles para el consumo de alcohol como forma de mediar su tensión excesiva. Las medidas preventivas más adecuadas son similares a las del estrés.

Finalmente en el rubro de la ansiedad se tiene al Trastorno de Pánico que se refiere a aquella condición que se presenta entre la segunda y tercera década de la vida y que se caracteriza por episodios transitorios ( minutos) de crisis de ansiedad, desesperación , falta de aire, sensación de vacío en el estómago, palpitaciones, tensión muscular generalizada, temor a volverse loco, o deseos de salir corriendo, que por lo general se acompaña de inseguridad y al repetirse las crisis deviene en un estado de tensión permanente (ansiedad anticipatoria) que hace a la persona muy insegura y limitada y con marcadas restricciones, salir por los temores de una recurrencia en la calle y de encontrarse sólo(a). Es un trastorno que requiere ser reconocido y tratado psiquiátrica y psicológicamente, de manera apropiada dado que se asocia con un curso desfavorable del alcoholismo. Otra consideración importante es que trae consigo un riesgo elevado de habituación a sedantes por el marcado tinte ansioso.

4. Biológicas

Desde la perspectiva biológica se ha podido determinar que muchos de los efectos de reforzamiento del consumo de alcohol se debe su acción a nivel del sistema mesolímbico dopamínico, especialmente del núcleo acumbens. Del mismo modo se ha podido comprobar que diversos receptores cerebrales juegan un papel en las adicciones, entre ellos están los receptores Opioides, el GABA, el N-metil-D-Aspartato e incluso los receptores serotoninérgicos.

A su vez una de las más recientes hipótesis postula que los estímulos condicionados asociados con el uso de alcohol y drogas pueden elicitar sustratos neuronales (predominantemente de Opioides endógenos) que son similares a los producidos por la droga, incrementado así anhelo intenso y el consumo de la sustancia. Muchos de estos cambios son responsables de la llamada “neuroadaptación”, que corresponde a la tolerancia celular o farmacodinámica –condición que se refiere a cambios neuroquímicos complejos en la membrana celular con una subsecuente alteración en el fluido iónico por lo cual el cerebro requiere de la sustancia adictiva para funcionar apropiadamente.

5. Hereditarias.

Hoy en día la participación genética en el desarrollo del alcoholismo y drogadicción es un hallazgo que no tiene duda, demostrado a través de los estudios en animales, gemelos y de adopción que han confirmado tales asociaciones. Los estudios más actualizados sobre la tasa de herencia general para el alcoholismo fluctúan entre el 60% y 90%. (Schukit, M., 1991). Parientes cercanos de alcohólicos primarios tienen aproximadamente 3 a 4 veces más el riesgo de desarrollar el trastorno. Del mismo modo en los hijos de alcohólicos se han encontrado un incremento de reacciones placenteras ante la exposición al alcohol, una menor alteración cognitiva y psicomotora así como una serie de cambios en el sistema nervioso central que los predisponen al alcoholismo. (Kumpfer, K., 1993; Harrison’s, y col; 1994; Schukit, M., Smith, T., 1996)

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sábado, 4 de junio de 2011

“Es difícil que un adicto demande tratamiento” - Nuevo Diario de Santiago del Estero

Martes 10 de Mayo de 2011 | Claudia Tarchini dijo que también trabajan con presos que abandonan recuperación.

Una de las mayores preocupaciones sociales y de salud que se presentan actualmente en la provincia, principalmente en los adolescentes, está relacionado a la drogadependencia y el alcoholismo.
La profesora Claudia Tarchini, titular del programa “Yo te quiero de raíces sanas y fuertes”, del Programa Provincial de Lucha contra la Drogadicción y el Alcoholismo, detalló que en lo que va de 2011, son 70 personas las que fueron asistidas por estas problemáticas.
La profesional destacó que una de las situaciones más frecuentes que se está presentando en el último tiempo “está relacionada a los presos y el abandono del tratamiento, los que algunas veces son reincidentes y los volvemos a tener. Otros han abandonado su historia delictiva y han continuado con el tratamiento”.
“La demanda, la mayoría de las veces aparece a través de los juzgados porque es muy difícil que un adicto demande tratamiento. Generalmente, viene a través de terceros, como la familia, la escuela o el juzgado”, indicó, agregó además que “estamos realizando un trabajo muy bueno junto con los distintos jueces de la provincia”.
Lamentablemente, “lo que nos pasa es que muchas veces cuando logran su libertad, abandonan el tratamiento, mientras que otros lo continúan y esto genera altibajos”, agregó.
Tarchini argumentó que, en este momento, hay aproximadamente 10 chicos en el centro de día, “en el cual realizan diversas actividades desde las nueve de la mañana hasta las 18”. Hay 15 chicos en consultorios externos y otros 20 en tratamientos ambulatorios.
Al detallar las características del programa, la profesional explicó que el mismo es bastante amplio e intenso, en el cual “todos somos pocos, tanto en el área de prevención, como de asistencia, de rehabilitación, de investigación, entre otras”. Por último, argumentó que considera que “estamos en un momento en el que hemos logrado una intervención concreta en cada una de las áreas, que hacen al tratamiento de estas problemáticas.

Hoy lanzan campaña preventiva
Durante la jornada de hoy, a partir de las 9.30, en el salón auditorio del CCB se lanzará la XXII Campaña Anual de Prevención de Drogadependencia y Alcoholismo denominada “Yo te quiero, de raíces sanas y frutos fuertes”.
“Esta campaña es más que importante porque estamos transmitiendo alternativas de vida saludables frente a las otras, que son las que precisamente llegan a nuestros niños y jóvenes para sumergirse en estas problemáticas, que son la drogadependencia y el alcoholismo, detalló Claudia Tarchini, titular del programa
Según explicó, la campaña de prevención tiene dos ejes fundamentales: uno que tiene que ver con la formación y la información. La primera es la que está dirigida a los jóvenes y niños. “Siempre nos preguntan qué podemos decirles a los jóvenes y niños acerca de las drogas y pienso que podemos decirles que ellos ya no sepan. Saben que hace mal, que pueden ir presos o morir. Quizás hay algo que no saben y es que hay adultos que están dispuestos a trabajar y luchar por ellos y lo vienen haciendo en estos años”.

Acoso Escolar: Sufrimiento Silencioso

El acoso escolar se produce cuando un niño insulta, agrede o tiene un comportamiento hostil hacia otro niño y este comportamiento se produce de forma continuada en el tiempo.

La violencia escolar suele ser mucho más social y psicológica que física. Aunque la agresión física, intimidación y coacción también se producen, es más frecuente la exclusión social, aislamiento, ridiculizar o humillar. Este acoso psicológico es mucho más dañino que el acoso físico y produce mayores tasas de estrés postraumático y deseos de suicidio.

Consecuencias:

Víctimas: pueden sufrir lesiones físicas, miedo y ansiedad.  Es probable que aparezcan cuadros depresivos, trastorno de estrés postraumático y síntomas físicos.  Puede que su  rendimiento escolar decaiga y que se aíslen socialmente. El estrés al que se ven sometidos también afecta a su cuerpo, dando lugar a dolores de estómago, dolores de cabeza, negarse a comer, orinarse en la cama o problemas de sueño.

Acosadores: tienen también probabilidades de tener problemas sociales que van a peor con el tiempo y pueden perdurar en la edad adulta.


Características:


Víctimas:
Tienden a ser más pequeñas y más débiles que el resto de sus compañeros, y reaccionan a menudo de un modo más pasivo y ansioso ante las situaciones amenazantes. También puede ser que sean simplemente diferentes en algún sentido al resto de sus compañeros (alguna discapacidad, orientación sexual, muy estudiosos, etc.).

Acosadores: Pueden ser más grandes, más fuertes y a menudo se comportan de forma ruda con sus profesores, padres y hermanos. Sin embargo lo más relevante es que sus actitudes y juegos revelan una aceptación de la violencia, y tienden a utilizar medios agresivos para resolver conflictos. Suelen tener una autoestima baja y carencias afectivas, por lo que tratan de destacar dominando a los demás.

¿Qué hacer?

Si tu hijo está siendo abusado…

-Nunca niegues su versión o le digas que miente, al contrario muestra todo tu apoyo

-Jamás le señales que debe responder con violencia ante el acosador.

-No te muestres indiferente o decir que es algo que a todos les pasa.

-Ayúdalo a tener confianza en sí mismo, anímalo a que participe en otras actividades que lo hagan sentirse mejor consigo mismo.

-Apóyalo y anímalo a tener más amistades,  genera actividades que afiancen sus lazos con ellos. (un niño solitario siempre será más propenso al abuso)

-Aconséjalo a moverse en grupo con sus amigos.

-Enséñalo a responder de manera directa, mirando a los ojos y con la cabeza erguida, en lugar de pedirle que reaccione violentamente.

-Reporta el incidente a la escuela inmediatamente y háblalo con otros padres de familia.

Si tu hijo es el acosador…

-Tómalo enserio, recordemos que este tipo de conductas pueden generar serios problemas más adelante.

-No lo juzgues, mejor orienta tus esfuerzos en averiguar las causas de su conducta.

-Es momento de establecer límites claros y bien definidos de que el abuso no será tolerado y es un comportamiento inaceptable.

-Ayúdale a desarrollar soluciones alternas para lograr lo que desea siendo tú el modelo principal a seguir. Muéstrale como solucionar problemas negociando y siendo respetuoso.

-Anímalo a que participe en otras actividades extraescolares, como el deporte, lo que ayudará a que dirija su energía de manera sana y constructiva.

-Pide ayuda, un psicólogo profesional puede orientarlos y descubrir que es lo que está afectando al niño para llegar a una solución.

Fuente:
Web de psicología y medicina  http://www.Cepvi.com
http://www.Acosoescolar.com

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Las drogas de diseño no son “drogas divertidas”

Si bien muchos consumidores creen que estas sustancias no son prejudiciales, la investigación científica ha demostrado que pueden producir una amplia variedad de efectos indeseables como alucinaciones, paranoia, amnesia y en algunos casos, la muerte. Cuando se emplean mezcladas con el alcohol estas drogas son aun más peligrosas ya que actúan sobre los mismos mecanismos cerebrales y la mezcla potencia la acción de ambas sustancias.

Asimismo, existen grandes diferencias en la forma en que cada individuo reacciona a estas sustancias y no se puede predecir cómo será esa reacción. En algunos casos ha habido una reacción muy grave, incluso mortal, la primera vez que alguien ha tomado una droga de diseño.

Además, en muchas ocasiones las drogas de diseño están adulteradas con sustancias aun más peligrosas

Puesto que algunas drogas de diseño son inodoras, incoloras e insípidas pueden mezclarse fácilmente con las bebidas y se han asociado con abusos sexuales y violaciones, razón por la que se las denomina como “drogas del olvido”.

Breve Introducción a las Drogas de Diseño

La producción de drogas de diseño en laboratorios clandestinos y la distribución o tráfico ilegal de nuevas moléculas con efectos similares a las ya conocidas, o ligeramente distintas, con efectos aún no conocidos, va muy por delante de la investigación científica al respecto de sus efectos indeseables y peligrosos. Las drogas que la investigación tiene bien estudiadas son las siguientes.

El mensaje es simple: No correr riesgos y no consumir drogas de diseño Metilendietilmetaanfetamina (MDMA). “Éxtasis”. Es un estimulante y un alucinógeno. Los jóvenes emplean el éxtasis para mejorar su estado de ánimo y obtener energía para seguir bailando toda la noche. Sin embargo, el empleo crónico de éxtasis parece lesionar la capacidad cerebral para pensar y regular las emociones, la memoria, el sueño y el dolor.

Gammahidroxibutirato (GHB). “Éxtasis líquido”. Puede sintetizarse incluso en laboratorios domésticos. A dosis bajas el GHB es relajante, pero a dosis elevadas, los efectos sedantes se convierten en sueño y eventualmente en coma o muerte.

RohypnolÒ. “Pastilla del olvido” De la familia de las benzodiazepinas ansiolíticas es un sedante inodoro e insípido. Se mezcla con relativa facilidad en las bebidas con gas. Puede producir que quien lo consume olvide lo que ha dicho, lo que ha hecho o lo que ha pasado. Otros efectos son hipotensión, mareos, inestabilidad, confusión y malestar digestivo.

Ketamina. “Pastilla del olvido”. Es un anestésico. Una pequeña cantidad de ketamina produce la pérdida de la atención, la capacidad de aprendizaje y de la memoria. A dosis altas, la ketamina puede producir delirio, amnesia, hipertensión, depresión y graves problemas respiratorios.

Metanfetamina. “Speed”. A menudo se sintetiza en laboratorios domésticos. Es un estimulante que puede producir serios problemas de salud, como pérdida de memoria, agresividad, violencia, comportamiento psicótico y problemas cardiacos.

Dietilamida del ácido lisérgico (LSD). “Ácido”, “tripy”. Un alucinógeno que puede producir un comportamiento imprevisible dependiendo de la cantidad que se ha tomado, el lugar en que se consume la droga y la personalidad del consumidor, que puede sentir los siguientes efectos: entumecimiento, debilidad, náuseas, aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, falta de apetito, “flashbacks” y somnolencia.

Los locales de música tipo discoteca, disco-bares, conciertos, “after-hours”, etc. siguen atrayendo a adolescentes y adultos jóvenes que pueden pensar que el éxtasis, el éxtasis líquido, la pastilla del olvido y otras drogas de diseño no son perjudiciales. Eso no es verdad. Mientras se investigan sus efectos a nivel científico con una cierta sensación de urgencia, hay que desarrollar estrategias terapéuticas y preventivas.

El mensaje es relativamente simple: experimentar con las drogas de diseño es algo impredecible y peligroso.

Fuente: www.medicina21.com

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viernes, 3 de junio de 2011

Municipios de Lima suscriben compromiso por maternidad saludable ... - Andina

Lima, may. 13 (ANDINA). Diversos municipios de Lima metropolitana suscribieron hoy junto al Ministerio de Salud (Minsa) un acta de compromiso, mediante la cual acordaron promover diferentes acciones orientadas a garantizar una maternidad saludable y segura en sus respectivas jurisdicciones.

Este acuerdo implica que las comunas, lideradas por sus propios alcaldes, velarán porque las gestantes que acudan a los centros de salud, postas y centros médicos de sus distritos reciban las atenciones del caso y se reduzca cualquier riesgo que complique sus embarazos.

“A estos centros llegan en un inicio las gestantes. Por eso el compromiso de los municipios es chequear y coordinar con los diferentes centros de salud que todas las gestantes puedan tener un control adecuado y preciso”, explicó hoy la viceministra de Salud, Zarela Solís.

Resaltó que la intervención de los municipios será de mucha utilidad cuando, por ejemplo, una gestante requiera de internamiento hospitalario en un nosocomio del Minsa. De esta manera será derivada sin trabas burocráticas ni contratiempos de un centro médico a un hospital grande.

Durante el lanzamiento de la Semana de la Maternidad Saludable y Segura 2011, la funcionaria indicó que si bien se logró que sólo ocho municipios capitalinos suscribieran hoy el acta, esta se llevará a las demás comunas para que todos los alcaldes se sumen a este compromiso.

En los jardines del Minsa firmaron el compromiso las comunas de Lima, Barranco, Breña, Cieneguilla, Jesús María, La Victoria, Los Olivos y Magdalena.

Recomendaciones y signos de alarma

Solís recomendó a las mujeres en etapa de gestación acudir desde el primer momento del embarazo a sus chequeos prenatales de manera mensual. En caso detecten algún síntoma adverso, acudir de inmediato al médico, aunque la fecha no coincida con la de su control.

La alimentación de la gestante debe ser variada, rica en frutas y verduras; pero no en exceso, pues una mujer embarazada no debe subir más de ocho o nueve kilos en esa etapa.

Se recomienda a las embarazadas ingerir por lo menos dos litros y medio de agua al día para favorecer su digestión. Asimismo deben evitar el tabaco y la ingesta de bebidas alcohólicas, y efectuar actividad física y ejercicios prenatales supervisados por un especialista.

Entre los signos de alarma que deben llevar a la gestante al médico figuran la hipertensión arterial, la hinchazón excesiva de los pies y la orina espumosa, pues puede significar una señal de aviso de una preeclampsia, que se asocia a la hipertensión durante el embarazo.

Datos

La viceministra informó que la tasa de muertes maternas en Perú actualmente es de 103 por cada 100 mil nacidos vivos, cuando antes era de 265. Sin embargo, la meta de Perú a 2015 es llegar a sólo 65 casos por cada 100 mil nacimientos.

En Perú, el 13.7 por ciento de la población de adolescentes peruanas está en periodo de gestación o ya alumbró. En tanto, en ciudades como Iquitos y San Martín la proporción es del 30 por ciento.


(FIN) MVF/RRC

GRM

Acaso sabias que...

1. El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España tanto por la población general como por los jóvenes. Su consumo se relaciona con más de 60 enfermedades.


2. En los últimos años ha disminuido la percepción del riesgo asociado al consumo de bebidas alcohólicas, tanto de forma diaria como durante el fin de semana, salvo que se trate de consumo en cantidad muy elevada.


3. Se observa una modificación del patrón de consumo de alcohol, especialmente en los jóvenes, que en la actualidad beben cantidades muy elevadas en cortos periodos de tiempo, lo que se conoce como consumo en «atracón» (5 o más bebidas en una sola ocasión).


4. La mayor parte de los daños y costes socio-sanitarios asociados al alcohol, se producen en sujetos consumidores aparentemente no dependientes. Su implicación en las urgencias y los ingresos hospitalarios, es muy frecuente.


5. Aproximadamente, el 10% de los bebedores de alcohol desarrollan adicción, y de ellos el 4% lo harán a los 5 años de haberlo iniciado. Esta adicción se debe a alteraciones neurobiológicas, y es el resultado de la interacción entre las características propias del alcohol, capaz de provocar dependencia, y variables inherentes al sujeto, entre las que destacan la genética y el entorno social, así como la disponibilidad y/o accesibilidad a las bebidas alcohólicas.


6. El rendimiento psicomotor y la capacidad de conducir vehículos se ven afectados por el consumo de alcohol, que ocupa un papel muy significativo en la génesis de los accidentes de tráfico. En España, el 38,2% de los fallecidos en accidentes de tráfico presentan niveles de etanol en sangre, como único tóxico.


7. Las interacciones del alcohol con otras sustancias psicoactivas son muy relevantes, especialmente en el caso del consumo simultáneo con cocaína, ya que aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares y conductas violentas.


8. El consumo de alcohol no sólo produce lesiones crónicas que aparecen con el tiempo, sino que también produce lesiones agudas a corto plazo como arritmias cardiacas o accidentes cerebrovasculares, con independencia de la antigüedad del consumo y del tipo de alcohol consumido.


9. La adolescencia es una etapa de máxima vulnerabilidad frente a las adicciones. Los efectos nocivos de cualquier sustancia tóxica son más perjudiciales en un organismo que está en pleno proceso de desarrollo que en uno adulto. Cuanto antes se empieza a consumir alcohol, más pronto aparecen los efectos tóxicos de esta sustancia y su pronóstico empeora.


10. El cerebro adolescente es muy sensible a la inhibición aguda que el etanol produce sobre la plasticidad neuronal, y por tanto sobre la maduración del sistema nervioso central, pudiendo ocasionar trastornos de la memoria y del aprendizaje.


11. El consumo de alcohol durante la adolescencia puede provocar trastornos endocrinos relacionados con la hormona del crecimiento y con la testosterona, así como alteraciones en el metabolismo óseo.


12. Bajo los efectos del alcohol, se pueden desarrollar conductas agresivas y de riesgo, como embarazos no deseados y relaciones sexuales no protegidas.


13. Es recomendable la exploración sistemática del consumo de alcohol en toda persona de más de 14 años al menos cada 2 años. La detección precoz de los problemas relacionados con el alcohol mejora el pronóstico de su tratamiento.


14. Un factor que influye significativamente en la adopción de estilos de vida, actitudes y decisiones de consumo de los jóvenes es la publicidad de bebidas alcohólicas, que ofrece una imagen positiva del consumo de alcohol asociado al ocio, la diversión y el éxito social.


15. Es necesario seguir profundizando en el conocimiento del consumo de alcohol y adolescentes, en todos los ámbitos de la investigación, básica, clínica, y epidemiológica, para optimizar las intervenciones de promoción y prevención de la salud dirigidas a este colectivo.

Tratamiento del Alcoholismo

El objetivo del tratamiento está orientado a motivar al paciente para que lo acepte, así como mantener al sujeto abstemio de por vida. Aunque el objetivo terapéutico del tratamiento de los alcoholismos será a largo plazo, para la recuperación «integral», han de plantearse objetivos a corto, medio y largo plazo (Tabla 29). Para conseguirlos se combinarán técnicas farmacológicas y psicosociales.

El planteamiento terapéutico de un paciente con dependencia alcohólica deberá cubrir dos fases: la desintoxicación y la deshabituación. La fase de desintoxicación consiste en la supresión brusca y programada del consumo de alcohol, y el empleo de estrategias y fármacos para hacer lo más cómoda posible para el paciente la deprivación de alcohol y evitar las complicaciones inherentes a la abstinencia. A continuación comienza la fase de deshabituación, cuyo objetivo principal es la prevención de recaídas en el consumo, mediante un abordaje multimodal.

TABLA 29. Objetivos terapéuticos en el tratamiento
del alcoholismo

* A corto plazo — Desintoxicación
* Supresión de ingesta
* Evitación/superación del síndrome de abstinencia
* Tratamiento de la patología aguda asociada
* Si necesaria, intervención social
* A medio plazo — Abstinencia absoluta sostenida
* Por concienciación y decisión personal
* Resolver/paliar problemática física, psíquica y social
* Detener deterioro biopsicosocial
  — Protagonismo responsable en el tratamiento
  — Extinción de la conducta dependiente
* Adquirir hábitos personales y habilidades sociales en sobriedad
* A largo plazo
  — Recuperación integral
* Consolidar actitudes y hábitos adquiridos
* Fomento de desarrollo personal
Fuente: Modificado de Rodríguez-Martos54 (1989).


1. Desintoxicación

Esta tiene lugar en la mayoría de las ocasiones en el entorno ambulatorio, no obstante existen una serie de circunstancias que son subsidiarias de su realización en medio hospitalario (Tabla 30).

El proceso de desintoxicación del paciente alcohólico implica la inmediata y total supresión del alcohol, lo cual supone, a su vez, prevenir o tratar el síndrome de abstinencia. En el momento actual se dispone de un importante arsenal de fármacos con distintas propiedades y perfiles farmacológicos que hacen posible individualizar planes de tratamiento en función de las características particulares de cada paciente.

Durante dicho proceso el paciente debe recibir un aporte hidroelectrolítico adecuado, amén de vitaminas del grupo B (B1 + B6 + B12), así como ácido fólico y/o hierro, si éstos fueran necesarios.



TABLA 30. Motivos de desintoxicación hospitalaria

* Ausencia de persona responsable de la supervisión del proceso (excepto cuando la intensidad esperada del síndrome de abstinencia sea mínima)
* Existencia de antecedentes de convulsiones o delirium
* Múltiples fracasos en la desintoxicación extrahospitalaria
* Existencia de patología orgánica o psiquiátrica grave (psicosis aguda, ideación suicida...)
* Aparición durante la desintoxicación de un síndrome de abstinencia grave a pesar de haber tomado
* Medidas terapéuticas plenas
El tratamiento farmacológico se centra, hoy en día, en fármacos de acción tranquilizante como las benzodiacepinas, el clometiazol y el tiapride (Tabla 31). Todos ellos han demostrado eficacia en el manejo del síndrome de abstinencia por alcohol, siendo, posiblemente, las benzodiacepinas el grupo terapéutico de mayor aceptación. En el caso de éstas y de clometiazol hay que tener presente su capacidad adictiva, su efecto depresor respiratorio y su capacidad de potenciación de los efectos depresores del etanol. Cuando se utilizan dichos fármacos, es conveniente no sedar demasiado al paciente y no prolongar el tratamiento más de 2 ó 3 semanas.


Por otra parte, el tiapride es un fármaco seguro aunque su potencia es menor, ya que si bien produce poca sedación y tiene poco poder adictivo, carece de acción anticonvulsiva, por lo que no sería recomendable su empleo en pacientes que tengan antecedentes de convulsiones.




2. Deshabituación

En esta fase se intentaría mantener a lo largo del tiempo la situación de no consumo lograda con la desintoxicación. Durante esta fase se debe de actuar sobre múltiples aspectos del paciente y de su entorno, con el fin de consolidar la conducta de no consumo de alcohol (no obstante, hay que tener presente que la deshabituación no consiste sólo en una mera ausencia de consumo).

La deshabituación es un proceso complejo que requiere un tratamiento estructurado llevado a cabo coordinadamente entre asistencia primaria y niveles especializados. El abordaje terapéutico se sustentará sobre los pilares del tratamiento farmacológico, la psicoterapia y los grupos de autoayuda.


Abordaje farmacológico Fármacos interdictores o aversivos

Los interdictores son fármacos cuya misión es disuadir del consumo de alcohol, no menoscabando la libertad del paciente, ya que su ingesta es voluntaria. La finalidad de su empleo consiste en disuadir-prevenir el consumo, cubrir los primeros estadios de abstinencia y reforzar la decisión de abstinencia. El paciente debe de tener muy claro que el interdictor nunca es «el tratamiento», y que por tanto no suprime el deseo de ingerir alcohol. En caso de que un interdictor sea indicado, deberá de mantenerse durante toda la deshabituación.
Existen dos fármacos útiles desde el punto de vista clínico: el disulfiram y la cianamida cálcica. Dichos fármacos ejercen su función mediante un bloqueo del metabolismo del alcohol (inhibición de la enzima aldehidodeshidrogenasa) que consecuentemente da lugar a una intoxicación por aceltaldehído, con un típico cuadro alérgico cuando se ingiere alcohol.

Dicho cuadro consiste en vasodilatación generalizada con enrojecimiento facial, cafalea, taquicardia, hipotensión ortostática, sudación profusa, vómitos, disnea y visión borrosa con sensación de vértigo y obnubilación. Su tratamiento se realiza manteniendo al paciente en decúbito con los pies elevados y administrando antihistamínicos orales (p. ej.: Dexclorfeniramina: 8-12 mg/día). Si la reacción es muy grave puede precisarse la administración de corticoides intravenosos y derivación a un hospital.
La dosis inicial de disulfiram se sitúa en torno a 250 mg/día y la de mantenimiento es de unos 125-250 mg/día, mientras que la cianamida cálcica se ingiere a dosis medias de 150 mg/día. La cianamida cálcica está dotada de menos efectos indeseables y contraindicaciones que el disulfiram (Tabla 32).

En el caso del disulfiram, a pesar de su profusa utilización, las evidencias sobre su utilidad terapéutica han sido poco robustas, ya que el rigor metodológico de los estudios que siguieron a su introducción en el mercado fue limitado (métodos de estudio diferentes y poblaciones heterogéneas). Está demostrado que el disulfiram es efectivo en la reducción de la cantidad de alcohol consumido o del número de días de consumo, pero no existen datos sobre su efecto en la proporción de pacientes que consiguen mantenerse abstinentes.




Fármacos contra la compulsión a beber y la pérdida de control

En la actualidad se sabe que el alcohol comparte con otras sustancias de abuso la capacidad de actuar sobre el sistema cerebral de recompensa, aumentando la actividad dopaminérgica en el núcleo accumbens. Ello da lugar al refuerzo, que determina que una conducta tienda a repetirse en el futuro (craving), y a la pérdida de control tras iniciar el consumo (priming).
Acamprosato. El acamprosato (acetilhomotaurinato cálcico), es un componente sintético con una estructura similar al ácido gamma-aminobutírico (GABA). El alcoholismo se acompaña de un incremento de la actividad excitatoria glutamatérgica ante la exposición a estímulos condicionados relacionados con el hábito de consumo (por ej., entrar en un bar), lo cual genera la aparición de disforia, ansiedad y deseo de consumir alcohol lo que facilita la aparición de una recaída. El acamprosato bloquearía el efecto de ese exceso de glutamato sobre el receptor N-metil-D-aspartato (NMDA), impidiendo las manifestaciones descritas y favoreciendo la abstinencia.

El acamprosato se ha mostrado eficaz en la reducción de la ingesta alcohólica en la práctica totalidad de ensayos clínicos, siendo más eficaz que placebo en la profilaxis de las recaídas alcohólicas, comenzando a observarse las diferencias respecto a placebo a partir del primer mes del inicio del tratamiento y manteniéndose las mayores tasas de abstinencia y duración de la misma con acamprosato durante períodos de seguimiento de seis a doce meses.
El acamprosato es un fármaco seguro y bien tolerado, siendo los efectos adversos más comunes de tipo gastrointestinal (especialmente diarrea) o dermatológico, efectos que generalmente se presentan de forma transitoria y se resuelven sin dificultad con la reducción o retirada del fármaco.

Por otra parte, el riesgo demostrado en caso de sobredosis es escaso y no existen pruebas que pongan de manifiesto que el acamprosato interaccione con el alcohol, ni con otros fármacos utilizados habitualmente en el paciente alcohólico; es un fármaco que no presenta de riesgo de abuso y carece de propiedades hipnóticas, ansiolíticas o relajantes musculares.

La dosis recomendada de acamprosato, oscila entre 1.400-2.000 mg/día, repartidos en tres tomas diarias, recomendándose una duración del tratamiento de al menos un año. Las presentaciones galénicas actuales obligan a utilizar un número elevado de comprimidos, lo que evita una buena adherencia al tratamiento a medio y largo plazo.
Naltrexona. El consumo de pequeñas cantidades de alcohol provoca un aumento de la actividad opioide, lo cual genera un aumento de la actividad dopaminérgica en el núcleo accumbens. Este hecho es el que da al alcohol su capacidad de producir refuerzo, es decir, de motivar al organismo para repetir la experiencia en el futuro. Además la actividad dopaminérgica provoca instantáneamente un aumento del deseo de seguir consumiendo, lo que genera una pérdida de control tras las primeras consumiciones.

La naltrexona es un antagonista no selectivo de acción prolongada sobre los receptores opiáceos. El bloqueo de dichos receptores suprimiría los efectos gratificantes del alcohol (refuerzo positivo), rompiéndose así el círculo que conduciría al deseo imperioso de alcohol y por tanto a la ingesta del mismo. Además, tras una primera consumición, el paciente no perdería el control sobre el consumo.

Los ensayos clínicos existentes hasta la fecha demuestran que la naltrexona en monoterapia o junto con psicoterapia, es útil en la reducción del consumo de alcohol y en la prevención de recaídas, obteniéndose los mejores resultados en el grupo de alcohólicos que refieren grandes problemas para controlarse tras la ingesta de alcohol. De igual modo, es eficaz en el bloqueo de la progresión a la recaída en aquellos pacientes que inician la ingesta de alcohol durante la deshabituación, facilitando una mejor adherencia terapéutica.
Prácticamente todos los autores coinciden en señalar una buena tolerancia global, siendo los efectos secundarios más frecuentemente señalados náuseas, cefalea, vértigo y artralgias. Por otra parte, la naltrexona puede combinarse con otros fármacos utilizados habitualmente en el paciente alcohólico.

En casos de hepatopatía grave (valores de bilirrubina total dos veces superiores al límite superior normal), la naltrexona no puede ser metabolizada por lo que pierde su eficacia, no estando, por tanto, justificada su utilización. En cuanto a su posible hepatotoxicidad, cabe señalar, que no se han descrito elevaciones de transaminasas a las dosis empleadas en los pacientes alcohólicos.

La naltrexona se administra en dosis de 50 mg/día, recomendándose un periodo mínimo de tratamiento de al menos tres meses.


Tratamiento psicosocial de la dependencia al alcohol


Este abordaje, cuyos objetivos son desmantelar defensas maladaptativas, motivación para el cambio y la enseñanza de estrategias para prevenir las recaídas, incluyen terapias de orientación cognitivo-conductual, terapias psicodinámicas individuales, terapias grupales, terapias familiares, grupos de autoayuda y programas educativos que enfatizan los daños del consumo persistente.


Tratamiento cognitivo-conductual


Esta modalidad psicoterapéutica asume que el consumo de alcohol es un conducta aprendida que hay que modificar, averiguando los antecedentes (ambientales, emocionales y cognitivos) y las consecuencias que conducen a su mantenimiento. Los objetivos y planificación del tratamiento han de ser individualizados y revisados para abandonar las estrategias no funcionantes, estudiando variables cognitivas, es decir, los pensamientos y expectativas del sujeto que determinan su conducta. El sujeto es considerado el principal agente de cambio, tanto a nivel de abstinencia como de vida personal154.

Debe de apoyarse, en todo momento, la motivación: evitar situaciones o lugares en los que se producía el consumo, utilización de apoyo por parte de familiares y/o amigos, valorar el cambio de conducta y desarrollar conductas alternativas155. De igual modo, es muy importante que la autoeficacia percibida por el sujeto para realizar el cambio de conducta sea elevada156.
Sin embargo, se asume que aunque es posible lograr cambios rápidos
en la conducta (abstinencia), suele persistir la tendencia a repetir la conducta patológica (recaída), por lo que suele realizarse un aprendizaje de las habilidades de las que pueda carecer el paciente para enfrentarse a ello, como relajación y manejo de situaciones sociales.

En este sentido, pueden resultar de utilidad los programas de entrenamiento en conductas asertivas (asertividad, habilidades de comunicación, resistencia a la presión del grupo...), sobre todo si se parte del hecho de que muchos de estos pacientes presentan déficits que dificultan su enfrentamiento adaptativo a situaciones de bebida157.

En caso de recaída, existen programas específicos, como el de Marlatt y Gordon158 (1985) (modelos de prevención de recaída), cuyo objetivo es ayudar a la gente para que no comiencen a beber una vez que lo han dejado.


Psicoterapia grupal


Su utilidad se basa en que promueve las relaciones interpersonales y el apoyo mutuo, aumenta la autoestima y la motivación y se facilita la observación de conductas desadaptativas y la interpretación de defensas. Aunque su eficacia no puede ser fácilmente probada (al no emplearse como técnica única y al ser difícilmente homologables), existen indicios indicativos de que los programas terapéuticos que incluyen grupos obtienen resultados superiores a aquellos que carecen de ellos154, constituyendo quizá la modalidad que emerge con mayor dominancia. En estos programas, los jóvenes pueden encontrar el clima adecuado para hablar de sus conflictos y dificultades, pudiendo empezar a trabajar su inmadurez a partir de la abstinencia159.

Se aconseja que antes de incluir a un paciente en un grupo, éste haya recibido una adecuada información acerca de los problemas que padece y que las reglas del grupo estén suficientemente fijadas (puntualidad, notificación de ausencias, confidencialidad, sinceridad o abstinencia total)154.

En los primeros momentos suele ser difícil el manejo de los pacientes, ya que suelen tener grandes carencias afectivas, ideas mágicas acerca de la cura o usan mecanismos de negación. Conforme va avanzando la terapia, va siendo posible desmontar las defensas del paciente a la vez que se va incrementando su insight acerca de sus múltiples dificultades personales, si bien, es en este momento cuando pueden aparecer sentimientos de culpa o pasividad.
Un terapeuta experimentado que mantenga una actitud de escucha y empatía, evitando juicios y fomentando la cohesión del grupo, es vital para el correcto desarrollo de este tipo de terapia154.

Los aspectos que se manejan en el grupo, y que son considerados como terapéuticos, son los siguientes: aportación de información sobre aspectos de la enfermedad, desarrollo de sentimientos de esperanza para el cambio, experiencias de universalización (que suelen disminuir la angustia y la culpa), fenómenos de catarsis (desculpabilización) que también alivian la ansiedad, altruismo (que refuerza la autoimagen), imitación y aprendizaje de nuevas habilidades sociales y, experiencias de cohesión y aprendizaje interpersonal160.
Una de las fórmulas más utilizadas es el grupo de discusión libre, de carácter abierto, mixto, no directivo. Estas sesiones suelen prolongarse durante un año, con una frecuencia semanal de aproximadamente una hora de duración. La dinámica propia de cada grupo estará en función de los miembros que constituyen dicho grupo, no excluyéndose la influencia de la personalidad y orientación teórica del terapeuta.


Una vez consolidada la abstinencia (tras el grupo de discusión), cabe incluir al paciente en un grupo de profundización, que deberá prolongarse alrededor de un año más. Este tipo de grupo no debe de incluir psicoterapeuta (se reúnen enfermos solos) y ha de ser de carácter cerrado (no permite incorporación de nuevos miembros sobre la marcha). En este tipo de grupo el alcohol no ocuparía el primer plano, sino que se trata de aprender a vivir y potenciar la maduración personal.


Terapia familiar y/o de pareja


Estas terapias se basan en la presunción de que el paciente es reflejo de una disfunción de todo el sistema familiar, cuya dinámica hay que modificar. Cabe reseñar que el papel de la familia es fundamental, ya que favorece o sufre las consecuencias de la enfermedad y favorece o dificulta la recuperación del enfermo, sin olvidar el posible desarrollo de patología en la pareja o familia nuclear del paciente alcohólico (coalcoholismo).

Esta terapia puede ser utilizada como método para incluir a los familiares del paciente en el proceso terapéutico como coagentes del cambio y/o para reorganizar sistemas familiares inadecuados que hayan promovido o perpetuado la conducta de consumo. El hecho de beber puede estar desempeñando una función «adaptativa», acaparando la culpa, siendo necesaria la reorganización del sistema familiar y la búsqueda de modos más apropiados de mantener la homeostasis154.


En otras ocasiones se solicita a la familia que coopere en la realización de un análisis funcional operativo del problema (desencadenantes, consecuencias, etc.), solicitándoseles, igualmente, que generen posibles soluciones y colaboren de un modo concreto en las soluciones acordadas por consenso161.


Grupos de autoayuda


Los grupos de autoayuda (Alcohólicos Anónimos, Al-Anon, Al-Ateen, Asociación de Ex Alcohólicos Españoles, Alcohólicos Rehabilitados, etc.) actuarían reforzando la decisión de no entrar en contacto con el alcohol. Si bien dichas organizaciones difieren en algunos aspectos, se caracterizan por ser mixtas (incluyen hombres y mujeres) y su objetivo principal es que los afiliados permanezcan abstinentes del alcohol, así como ayudar a otros alcohólicos a conseguir la sobriedad. La asistencia a estos grupos se puede incorporar como un elemento más al resto de las intervenciones terapéuticas que se estén desarrollando160.


El único requisito para ser miembro es el deseo de abandonar el alcohol. El trabajo consiste en la realización de reuniones, una o varias a la semana, en las que un miembro habla de algún tema particular o de su experiencia personal con el alcohol para compartirla con el grupo, que lo apoya, sin juzgarlo, e inicia un intercambio de experiencias constructivo154.

Se insiste en que cada miembro es incapaz de enfrentarse por sí solo a la adicción alcohólica, de la cual sólo es posible recuperarse con la abstinencia y estimula a la realización de un examen de los problemas psicológicos (culpa, tentaciones, tendencia a culpar a otros, etc.), fomentando la sinceridad y la esperanza en la recuperación162.
Las finalidades básicas de los grupos de autoayuda serían, entre otras,
las siguientes: motivación, tanto del propio paciente como de la sociedad, para el tratamiento y recuperación del enfermo alcohólico; colaborar en la prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción del paciente alcohólico; seguir las fases de curación y rehabilitación de sus miembros; colaborar con los profesionales de los equipos asistenciales a alcohólicos; promocionar información sanitaria o social sobre el alcohol, apoyar la lucha preventiva contra el alcoholismo; colaborar en los estudios epidemiológicos, etc.


La edad promedia de entrada en el grupo está alrededor de los treinta años, siendo estos programas escasamente utilizados por adolescentes y pacientes al inicio de la vida adulta. Algunas de las características personales de los que acuden son: el ser sociables y cooperativistas, sentirse culpables con su conducta alcohólica, dependientes, presentar problemas graves y crónicos de todo tipo, clase media, físicamente sanos y socialmente estables.
En la última década se observa una tendencia hacia una mayor proporción de mujeres y una mayor frecuencia de adicción a otras sustancias psicoactivas160.

Algunos puntos en contra serían el excesivo énfasis en el modelo médico del consumo o en aspectos religiosos, la ausencia, en ocasiones, de asesoría médica y la escasez de estudios controlados sobre su eficacia164. Aunque se ha intentado evaluar la eficacia de los grupos de autoayuda mediante la aplicación de diseños controlados, los problemas de selección y otras dificultades metodológicas han impedido una adecuada interpretación de los resultados164.



Estrategias de normalización e integración


La normalización e integración deberían de ser la meta final del tratamiento de la dependencia alcohólica, y podrían definirse como la etapa de recuperación integral del paciente. Durante esta última fase se acaba de consolidar la estabilización iniciada en etapas previas (desintoxicación/deshabituación y estabilización). Habrá que utilizar estrategias psicosociales que permitan la normalización de todos los aspectos de la vida del joven159:

1. Personal y familiar.

2. Cultural (vuelta a una normalización en la escolarización del adolescente).

3. Laboral (programas de orientación educativo-laboral, facilitación de búsqueda de empleo).

4. Social (programas de ocio y tiempo libre para fomentar la participación en actividades con otros jóvenes).

5. Legal (asesoramiento y ayuda para manejo de problemas legales si los hubiera).

6. Identificación de situaciones de riesgo y adquisición de estrategias para evitar la recaída.

Es preciso, por tanto, para ello contar con el apoyo de los equipos de atención primaria y los servicios sociales.

Resulta también muy recomendable un tutelaje del paciente por parte de su terapeuta, durante varios años más, siguiendo así la evolución del enfermo una vez que prácticamente ha completado su tratamiento159. Sólo podremos hablar de superación de la dependencia cuando el paciente haya logrado un cambio en aquellas facetas de su vida que estaban alteradas por el alcohol. La ausencia de dicho cambio es la que a menudo conduce a la recaída159.


Intervención sobre la familia del paciente


Durante el proceso de reinserción y rehabilitación, uno de los papeles fundamentales es desempeñado por la familia del paciente. La familia del enfermo alcohólico presenta una serie de necesidades que pueden resumirse del siguiente modo:

1. Información y asesoramiento para interpretar la conducta del enfermo.

2. Que se «entienda» su conflicto.

3. Una oferta terapéutica y consejos para el manejo del paciente.

4. Aprender a favorecer la recuperación del enfermo y prevenir las posibles dificultades que vayan surgiendo durante el proceso.

5. Aprender a aceptar la eventual posibilidad de ayudar al enfermo, cuando éste rechaza persistentemente el tratamiento.

6. Convivir con el problema.

7. Asesoramiento para prevenir la automedicación o abuso de sustancias, a las que en ocasiones recurre la familia en un intento de superar el problema.

8. Asistencia, si fuera preciso, a grupos de terapia familiar.

9. Entender que la recaída es siempre una posibilidad y que eso no significa la pérdida del caso, ya que en ocasiones algunos pacientes no reaccionan al primer intento.
Entre las recomendaciones que suelen facilitarse a las familias, a continuación se resumen las más frecuentes:

1. Análisis conjunto, entre padres e hijos, de los problemas existentes y sus posibles soluciones y en caso necesario plantear la consulta a un profesional.
2. Aclarar los tópicos y prejuicios sobre los beneficios derivados del consumo de alcohol. La información ha de ser real y creíble.
3. No abordar los problemas cuando el hijo llegue ebrio, sino que debe de esperarse a que éste esté sobrio.
4. Favorecer la comunicación padres-hijos.
5. Hacer entender que una ingesta abusiva de alcohol es un síntoma, una conducta desadaptada frente a un problema del adolescente.
6. Evitar culpabilizar al adolescente de los trastornos emocionales de los padres.
7. Disimular la desconfianza inicial en el enfermo (por ej., no olerles el aliento o la boca para saber si han bebido), ya que estas conductas molestan al joven, aunque pueda llegar a comprenderlas.

Alcoholismo: Identificación de situaciones de riesgo y prevención de recaídas

En esta etapa, se debe, además de facilitar al paciente la identificación de las situaciones de riesgo, proporcionar la consecuente adquisición de estrategias para evitar la recaída. Dichas recaídas, si las hubiere, deberían de ser detectadas precozmente por el terapeuta y atajadas.

Se debe favorecer y estimular la adquisición por parte del paciente de habilidades de afrontamiento que le ayuden a superar la necesidad de beber. De ese modo los pacientes se sentirán menos  distorsionados por las situaciones de riesgo y ello facilitará que no se produzcan recaídas tras el tratamiento166. Entre las estrategias más utilizadas están las siguientes:

1. Programas de prevención de recaídas: que facilitan que el paciente aprenda a desarrollar habilidades específicas para el manejo de situaciones de riesgo, que se le pueden presentar en la vida real en relación con el posible consumo de alcohol. Los programas grupales presentan la ventaja de proporcionar una enorme riqueza de situaciones diferentes que al tratamiento individual pueden escapársele.

2. Programas de entrenamiento en habilidades sociales: que se centran en el desarrollo de habilidades de comunicación que pueden utilizarse para manejar situaciones de riesgo que pueden incluir: rehusar una bebida, proporcionar críticas de forma efectiva, recibir críticas acerca del uso del alcohol, mejorar habilidades de conversación, desarrollar apoyos para la sobriedad y aprender formas efectivas de resolución de conflictos.

Abordaje de los problemas generados por el consumo de alcohol

1. Estrategias de prevención


Al igual que en el resto de las drogas, el objetivo último de la prevención sería disminuir la prevalencia, retrasar la edad de inicio y reducir los daños asociados al consumo de alcohol.

* El primero de ellos consiste, por tanto, en disminuir el consumo de alcohol en la medida de lo posible. En el caso de esta sustancia, claramente integrada dentro de la cultura occidental, que no percibe los riesgos asociados a su consumo, este objetivo puede generar indudables conflictos de intereses y ser además objeto de rechazo por parte de una parte de la población. A pesar de ello es necesario asumir enfoques poblacionales con medidas tendentes a reducir el consumo en la población general para lograr reducir el daño producido por el alcohol125, y de forma prioritaria en los menores de edad.

También es necesario identificar conductas muy concretas que son responsables de la mayor parte de costes sanitarios y sociales y que pueden ser englobadas dentro del concepto de conductas de abuso de alcohol.


* Por esto, un segundo objetivo final de la prevención consiste en reducir estas conductas de riesgo, interviniendo para ello desde diferentes entornos. También los programas de reducción de daños dirigidos a diferentes colectivos (conductores, embarazadas, trabajadores en situación de riesgo, etc.) ayudan a crear una cultura preventiva genérica y por lo tanto a conseguir un objetivo más amplio de reducción global del consumo.


* Retrasar la edad de inicio es un tercer objetivo de la prevención en el caso del alcohol. No sólo por el daño que ocasiona su uso en los menores de edad, sino también porque este factor está íntimamente relacionado con la evolución del consumo y con los daños provocados por el mismo, de manera que cuanto antes se empieza a consumir más probabilidad existe de abusar del alcohol y, probablemente, también de otras drogas. La edad de inicio es un importante factor pronóstico en el tratamiento del alcoholismo.


La consecución de estos objetivos pasa por modificar aquellas variables que de forma más o menos directa están relacionadas con el consumo y abuso del alcohol, esto es, los factores de riesgo y de protección126.

Conseguir todo lo anterior implica poner en marcha estrategias de prevención que ayuden a crear condiciones necesarias para implantar programas generando una conciencia pública y política de apoyo a los mismos; aumentando la información, modificando actitudes que favorezcan el consumo abusivo, reforzando normas sociales contrarias al consumo problemático o abusivo, disminuyendo la accesibilidad y disponibilidad, potenciando el desarrollo de habilidades y competencias personales y sociales e incrementando habilidades y resistencia como factores de protección en los adolescentes. Asimismo será necesario ofrecerles alternativas que compitan realmente con el modelo hegemónico de diversión de muchos de los jóvenes de hoy en día, centrado en el consumo de sustancias127.


En este contexto, las medidas reguladoras, son acciones preventivas dirigidas cuyo objetivo es prevenir los daños asociados al consumo de alcohol en los menores y tienen mayor impacto que otras acciones3.



Ámbitos de la prevención


A continuación queremos esbozar la aplicación de dichos objetivos en los diferentes ámbitos de actuación: educativo, familiar, comunitario, laboral y normativo, señalando también la importancia de la participación de los medios de comunicación.

a) Ámbito educativo

• Programas educativos que permitan128:

— Modificar la percepción de normalidad del consumo y de actitudes de pro-consumo.
— Incrementar percepción de riesgo
— Modificar la percepción normativa del grupo y creencias erróneas hacia el uso de sustancias
— Potenciar el desarrollo de factores de protección: habilidades y competencias personales

• Fomentar vínculos con la sociedad-familia-escuela

* Prevención del fracaso escolar
* Fomentar la inclusión de la educación para la salud en el proyecto del centro
* Detección de menores de riesgo


b) Ámbito familiar

* Fomentar el desarrollo de habilidades y recursos personales de los hijos

* Fomentar factores de protección familiar, vínculos a través de la mejora de la comunicación, desarrollo de la autoestima y la autonomía

* Intervenir precozmente con hijos de consumidores

* Implicar a la familia en programas escolares129


c) Ámbito Comunitario

En el seno de la comunidad existen numerosos factores de riesgo y protección que pueden ser abordados en los programas preventivos. La evidencia demuestra que en el caso de los programas comunitarios la eficacia depende fundamentalmente de la posibilidad de abarcar múltiples componentes: cuando se combina el trabajo con las escuelas, con los padres, los medios de comunicación locales, las organizaciones sociales, la policía, los centros de salud y servicios sociales, las intervenciones muestran buenos resultados.

La eficiencia de estos programas depende en gran manera de la capacidad de organización de la comunidad para implicar a todos estos actores dentro de un mismo proyecto con objetivos compartidos y competencias específicas.

* Modificar percepción de normalidad del consumo y actitudes pro-consumo.

* Sensibilizar a la población para aumentar el rechazo social hacia ciertos patrones de consumo

* Incrementar la percepción de riesgo

* Campañas institucionales de información y sensibilización

* Intervención prioritaria en zonas de mayor riesgo

* Fomentar la utilización de recursos comunitarios

* Disminuir la accesibilidad.

d) Medios de comunicación

Es importante actuar sobre el impacto de los mensajes de los medios en las creencias, intenciones, actitudes y normas sociales. Las campañas de los medios de comunicación bien diseñadas pueden tener efectos directos en la conducta. Los medios de comunicación también influyen en la concepción social de un problema, e indirectamente inciden en la toma de decisiones políticas sobre medidas para la intervención sobre el mismo130.

e) Ámbito Legislativo

* Disminuir la accesibilidad y disponibilidad
* Control de la oferta: leyes de regulación de la venta y de la publicidad
* Potenciación de la investigación sobre los efectos y consecuencias

f) Ámbito laboral

En este ámbito tiene especial importancia prevenir el consumo de sustancias institucionalizadas como es el caso del alcohol, priorizando sectores y colectivos y contando siempre con la participación de las organizaciones empresariales, los sindicatos y los servicios de prevención.




2. Estrategias de Intervención


En este apartado se van a abordar los aspectos relacionados con la «evaluación y diagnóstico» del consumo de alcohol especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes, las «intervenciones breves» especialmente útiles en consumidores de bajo riesgo y en personas que realizan un consumo perjudicial y por último, el «tratamiento del alcoholismo» que incluirá tanto los aspectos farmacológicos como la intervención psicoterapéutica.
Ha de tenerse en cuenta la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica131. Esta ley regula todos los aspectos referidos al consentimiento informado, e incluye los supuestos que afectan a menores de edad.

2.1. Evaluación y Diagnóstico

La historia clínica y los instrumentos de evaluación del consumo de alcohol aportan la información necesaria para la realización de una adecuada evaluación y el establecimiento de un diagnóstico certero. Aquí abordaremos estos dos aspectos, prestando un especial interés en aquellos instrumentos diseñados para su uso en adolescentes.

La detección de consumo de alcohol entre los adolescentes y adultos jóvenes es un deber
ineludible de los profesionales sanitarios. La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFyc)132, recomienda la exploración sistemática de consumo de alcohol en toda persona de más de 14 años, al menos cada dos años. Dado que los jóvenes suelen frecuentar poco los centros de salud, se recomienda actuar en cualquier ocasión que éstos acudan.

El Instituto Español de Investigación sobre Bebidas Alcohólicas (INESIBA)133 propone una serie de signos de alarma que, si bien son inespecíficos, podrían alertar sobre consumo de alcohol en esta población:

• Aspecto físico: cansancio, indiferencia como expresión de falta de
energía, pasividad, señales físicas como ojeras, ojos enrojecidos, etc.

* Proceso de aprendizaje: dificultades en la concentración, irregularidad en la asistencia a clase, ritmo de estudio desigual con alteración del aprendizaje, pasividad para resolver problemas.

* Comportamiento: cambios bruscos de humor, postura de resignación y falta de participación, frecuente tendencia al consumismo, incapacidad para tomar decisiones, inhibición de culpas y responsabilidades, rehuir conflictos, sentimientos de debilidad compensados por una falsa apariencia de fuerza, rechazo de ofertas de ayuda, comportamiento agresivo, infracciones del reglamento escolar, estados depresivos.

* Relación con los demás: escasas relaciones con los demás, inhibiciones en el trato con los del otro sexo, mal comportamiento con sus compañeros, cambio frecuente de relaciones, tensiones en las relaciones con los padres, educadores y superiores, falta de comunicación sobre las dificultades e inquietudes personales, comportamiento sistemático de oposición.


2.1.1. Historia clínica y evaluación del consumo de alcohol

La entrevista clínica constituye el elemento básico para la detección de consumo de alcohol, si bien, puede apoyarse en diversas pruebas psicométricas y de laboratorio134. La historia clínica constituye el instrumento más valioso para la evaluación del paciente con problemas de alcohol135. Existen una serie de aspectos imprescindibles, relacionados con el alcohol, que deben recogerse en un primer momento y otros apartados que pueden ser aplazados para otro momento en caso de que hubiera problemas de tiempo para finalizar la historia completa.


Dado que es frecuente que exista una negación o minimización del consumo de alcohol sobre todo en adolescentes, se recomienda realizar preguntas que favorezcan una respuesta sincera del tipo «¿qué suele beber cuando sale con los amigos los fines de semana?», ya que en este tipo de preguntas va implícito que bebe y se solicita el tipo de bebida135. En el caso de que el motivo de consulta esté asociado con la bebida, se puede realizar un estilo de entrevista más directo y hacer preguntas concretas sobre el patrón de consumo y sus consecuencias. En todo caso, una actitud empática por parte del profesional contribuye a que la relación terapéutica se estreche y a que el paciente confíe en el criterio médico135.


2.1.2. Instrumentos para la evaluación del consumo de alcohol

En el momento actual existen numerosos instrumentos específicos de evaluación de consumo de alcohol136 y aunque, como ya se ha comentado, en ningún momento pueden sustituir a la anamnesis y exploración clínica a la hora de realizar el diagnóstico de alcoholismo, tienen una serie de utilidades y aportan una serie de ventajas que han de ser tenidas en consideración (Tabla 22 y Tabla 23)137.

Uno de los problemas que hay que solventar cuando se utilizan estos cuestionarios es el de la fiabilidad de las respuestas. Existen una serie de aspectos a tener en cuenta para mejorar la sinceridad tales como: ambiente de confianza, insertar preguntas en un marco más amplio, asegurar la comprensión de las instrucciones, conocer el cuestionario utilizado137. Independientemente de lo señalado pueden utilizarse una serie de estrategias que pueden ser útiles a la hora de mejorar la validez y fiabilidad de la información recogida (Tabla 24).

TABLA 22. Objetivos y utilidad de los cuestionarios específicos

* Detectar bebedores de riesgo
* Detectar las consecuencias del alcohol
* Detectar y diagnosticar el alcoholismo
* Detectar la predisposición al alcoholismo
* Valorar la gravedad del alcoholismo

Fuente: Tomado de Aubá et al (1998).



TABLA 23. Ventajas de los cuestionarios específicos

* Son administrados masiva y colectivamente
* Son rápidos, tienen bajo costo y son fáciles de corregir y administrar
* No son invasivos para el sujeto
* Pueden ser aplicados por personal auxiliar entrenado
* Detectan aspectos diversos de la enfermedad: manifestaciones tempranas, conductuales y psicológicas
* Son comparables y poseen replicabilidad (fiabilidad)
* Tienen mayor especificidad y como mínimo similar sensibilidad que otros instrumentos de diagnóstico
Fuente: Tomado de Aubá et al (1998).




TABLA 24. Estrategias para mejorar la validez y fiabilidad de la información

* Comparar con el historial legal o médico
* Comparar con alcoholurias, alcoholemias y otros marcadores biológicos
* Comparar el consumo autoinformado con el recogido por el médico
* Información de colaterales
* Incluir índices de sinceridad
* Incluir valoraciones neuropsicológicas del estado mnésico y cognitivo
* Incluir evaluación de aspectos subjetivos y emocionales. Aporta información muy sensible, aunque menos precisa, que las preguntas aparentemente más objetivas y claras, que son precisamente las que más tienden a negarse
Fuente: Tomado de Aubá et al (1998).





A) Instrumentos de detección

Este tipo de instrumentos tienen como objetivo el realizar un cribado previo al diagnóstico, o lo que es lo mismo, una detección precoz de casos. Se trata de instrumentos sencillos de aplicar y que tienen valor desde el punto de vista clínico y epidemiológico.




B) Instrumentos específicos para jóvenes

Cualquier intervención terapéutica requerirá de una evaluación diagnóstica previa adecuada que cuente con instrumentos para la valoración del consumo de alcohol y la gravedad del mismo. A continuación se describen los instrumentos más relevantes de aplicación en jóvenes que están en proceso de validación en nuestro país.

Instrumentos de detección en adolescentes Adolescent Drinking Index (ADI)

Desarrollado por Harrel y Wirtz139. Es un cuestionario diseñado para adolescentes entre 12 y 17 años. Consta de 24 preguntas que corresponden a 4 áreas diferentes: pérdida de control, indicadores sociales, indicadores psicológicos e indicadores físicos. Las puntuaciones pueden oscilar entre 0 y 62 puntos. Puntuaciones iguales o superiores a 16 obligan a una evaluación más exhaustiva.


Adolescent Alcohol Involvement Scale (AAIS)

Creada por Mayer y Filstead140. Es un cuestionario autoadministrado que consta de 14 preguntas que evalúan aspectos relacionados con el consumo de alcohol y sus consecuencias en tres áreas: funcionamiento psicológico, relaciones sociales y vida familiar. Puntuaciones superiores a los 42 puntos obligarían a realizar evaluaciones más minuciosas.


Otros instrumentos de utilidad en adolescentes

Existen otros instrumentos, que incluyen detección de problemas de alcohol entre sus áreas como el Personal Experience Screening Questionnaire (PESQ)141, el Drug Use Screening Inventory (DUSI)142, o el Problem Oriented Screening Instrument for Teenagers143 (POSIT).
Escalas de gravedad clínica de la adicción Teen Addiction Severity Index (T-ASI)

Es una entrevista semiestructurada creada por Kaminer et al144, a partir del Addiction Severity Index, para su utilización en adolescentes con abuso de sustancias psicoactivas, incluido el alcohol. Consta de 154 preguntas que se agrupan en 7 subescalas: uso de sustancias psicoactivas, situación escolar, situación laboral y financiera, relaciones familiares, relaciones sociales, problemas legales y condición psiquiátrica. El tiempo requerido para su administración suele oscilar entre los 20 y 45 minutos.


Adolescent Drug Abuse Diagnosis (ADAD)

Se trata de una entrevista desarrollada por Friedman y Utada145, diseñada para establecer el diagnóstico y planificar tratamientos. Cubre 9 áreas y al igual que la anterior, la puntuación obtenida en cada una de ellas refleja la necesidad de tratamiento en dicha área.
Hay que tener siempre en cuenta que cualquier intervención terapéutica requerirá de una evaluación diagnóstica previa adecuada que cuente con instrumentos para la evaluación del consumo de alcohol como los anteriormente reseñados.

2.1.3. Marcadores biológicos

Los tests de laboratorio representan una valiosa ayuda en el diagnóstico del alcoholismo, ya que pueden dar una información objetiva del consumo de alcohol y de la repercusión orgánica de éste, si bien hay que recordar que cuando se utilizan de modo aislado se acusa su falta de sensibilidad y especificidad, por lo cual deben valorarse en el contexto de la evaluación clínica general146.

* Consumo reciente de alcohol

El consumo reciente de alcohol puede constatarse a través de la determinación de la sustancia en varios fluidos corporales: sangre, aire espirado, orina, saliva, sudor y transdérmica, con una duración aproximada de la positividad en torno a 24 horas147. De todas ellas, quizás la determinación en aire espirado, alcoholemia y alcoholuria constituyen los indicadores más fiables del consumo reciente de alcohol, sin que presupongan la existencia de un problema de dependencia.

* Consumo crónico de alcohol

A pesar de los muchos esfuerzos realizados, no existen tests de laboratorio específicos de dependencia alcohólica y, a través de ellos, sólo puede constatarse un consumo crónico excesivo de esta sustancia. El interés de estos marcadores radica básicamente en los siguientes aspectos: ayuda diagnóstica de consumo excesivo mantenido (detección precoz), confirmación diagnóstica, detección de bebedores problema cuando se aplican a grandes grupos poblacionales (diagnóstico epidemiológico), control evolutivo o seguimiento de enfermos alcohólicos (control de abstinencia).

Los parámetros más comúnmente utilizados para tal fin son la enzima Gamma-Glutamil-Transpeptidasa (GGT), el Volumen Corpuscular Medio (VCM), las transaminasas y la determinación de la Transferrina Carbohidrato Deficiente (CDT) (Tabla 26). Estas determinaciones, aunque no son específicas pueden ser de gran utilidad; concretamente, la realización conjunta de GGT y CDT tiene una capacidad predictiva del 100% en consumidores de más de 6 UBEs/día. No obstante, dado que la CDT no se determina de forma rutinaria en gran número de dispositivos asistenciales, se considera que la determinación conjunta de GGT y VCM constituiría la determinación rutinaria más eficiente, ya que permitiría clasificar a dos tercios de los enfermos.



2.2. Intervenciones Breves

A) Intervención en el consumo de bajo riesgo

Se pondrá en marcha en abstemios o en consumidores de bajo riesgo. En menores de 18 años se considera consumo de riesgo cualquier tipo de consumo de alcohol por no estar finalizado el proceso de maduración de los sistemas neurológico, endocrino y enzimático. En este caso la intervención se llevaría a cabo desde la perspectiva de la prevención primaria y la educación para la salud y consistiría en reforzar el estilo de vida actual e informar sobre las circunstancias en las que no es conveniente consumir alcohol149.
Para detectar posibles cambios en la pauta de consumo, se recomienda que en toda persona de más de 14 años se explore sistemáticamente el consumo de alcohol al menos cada 2 años132 (SemFyc,
2003).


B) Intervención breve en el consumo de riesgo o perjudicial

En los casos de consumo de riesgo o perjudicial, las intervenciones breves han demostrado una gran utilidad. Dicha intervención se basa en el consejo médico encaminado a la modificación del consumo y debe de ser personalizada e incluir150:

* Información positiva sobre los beneficios de la moderación.
* Información sobre el peligro de la ingesta excesiva de alcohol.
* Negociación de la reducción de consumo.
* Material educativo de apoyo, siempre que sea posible.
* Debe regirse por estrategias motivacionales.

La entrevista motivacional sistematiza la intervención del profesional en función del estadio de cambio en el que se halla el paciente en cada momento.



Dichos estadios, descritos por Prochaska y DiClemente151 (1982), son los que a continuación se detallan:

* Precontemplación: no existe conciencia del problema152, ni se busca ningún tipo de solución. En esta etapa los programas terapéuticos sueles fracasar, por lo que los esfuerzos del profesional han de ir dirigidos a promover la motivación del paciente.

* Contemplación: se comienza a contemplar el problema pero aún existe una ambivalencia que frena al paciente152. Cuando el sujeto pasa a la fase de acción sin haber resuelto su ambivalencia son muy frecuentes los intentos terapéuticos fallidos.

* Preparación: la ambivalencia se ha resuelto a favor del cambio y el paciente ha decidido emprender alguna medida para modificar su patrón de consumo.

* Acción: se inicia el cambio de conducta, generalmente, en el marco de una intervención terapéutica.

* Mantenimiento: su duración se extiende desde los 6 meses posteriores a la estabilización hasta 5 años después de iniciada la acción. Durante este estadio el paciente debe de aprender como mantener los logros conseguidos hasta ese momento.

• Recaída: la reanudación de consumos puede hacer que el paciente retroceda a el estadio de precontemplación. Incluso ante una reanudación puntual del consumo (resbalón), lo importante es reconducir dicho resbalón para evitar una recaída propiamente dicha150.



El profesional debe de asesorar y facilitar el paso a la acción por parte del paciente, pero es éste quien debe de responsabilizarse de su acción, siendo la mejor opción un pacto terapéutico adaptado a las costumbres del mismo150. En este sentido se puede facilitar información tendente a reducir la cantidad de alcohol ingerida (Tabla 28).

Se recomienda que el paciente realice visitas sucesivas, ya que estas refuerzan y facilitan el mantenimiento del pacto y guardan relación con mejores resultados153. Las visitas de seguimiento pueden plantearse de modo programado (sugiriéndose un mínimo de tres visitas en el primer año) o de modo oportunista (en consultas demandadas por el paciente por cualquier motivo). En cualquier caso se recomienda una evaluación al año, siendo los criterios de éxito: el cumplimiento del pacto establecido (indicador fundamental), y la modificación de las conductas de riesgo ligados al consumo.



TABLA 28. Propuestas para reducir el consumo de alcohol

* Demorar la hora de inicio de la ingesta
* No beber durante el horario laboral/académico
* Es preferible beber con las comidas
* Beber a pequeños sorbos, dejando el vaso en la mesa
* Utilizar bebidas de baja graduación
* Aprender a rechazar copas y «rondas»
* Intercalar bebidas no alcohólicas entre consumiciones
* Diluir los licores en refrescos
* Intercalar días sin consumo a la semana
* Recordar el límite propuesto y no olvidar lo ya bebido
* No beber si se va a conducir
* No tomar 5 ó más consumiciones en una sola ocasión

Fuente: Tomado de Rodríguez-Martos et al150 (1999).




Valoración de Internet como soporte de la publicidad de las bebidas alcohólicas

Internet ha irrumpido con fuerza en el mundo de la publicidad y aumenta su presencia de forma importante. Es, no obstante, un medio barato en relación al resto de soportes, y además por su especial naturaleza, no permite por el momento la comparación con el resto de medios.

Es cierto que las características propias del soporte respecto al número y población de usuarios le dan una gran importancia a cuestiones relacionadas con los jóvenes pues éstos ocupan un lugar muy relevante como usuarios de este medio, que tiene un enorme potencial de futuro, al igual que otros que actualmente empiezan a surgir como el SMS.

En la actualidad, todavía internet no es un medio preferente para la publicidad de bebidas alcohólicas. En términos porcentuales ha pasado de representar un 0,05% de la inversión en publicidad de las bebidas alcohólicas en 2001 a un 0,1% en 2005.

Publicidad de las bebidas alcohólicas en España

En España se emitieron en el año 2005 un total de 452.251 anuncios publicitarios sobre bebidas alcohólicas, lo que representa un 1,6% del total de mensajes publicitarios de ese año. Se observa una tendencia decreciente en cuanto a volumen de inserciones en el periodo 2002-2005, que parece consolidarse en 2006.

Por medios, la publicidad exterior registra el mayor volumen de inserciones, la prensa y la televisión experimentan entre 2002 y 2005 un importante aumento de volumen publicitario, mientras que la radio no presenta cambios significativos (Asociación de Usuarios de la Comunicación, 2006).

Un estudio realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública en 2006, sobre la publicidad en radio y televisión sobre bebidas alcohólicas, muestra que:

* Los mensajes no ofrecen información objetiva que capacite para una toma de decisiones libre y sin manipulaciones, apelándose en la mayoría de las ocasiones a emociones e identificación con determinados valores.

* No se ofrece información alguna sobre los efectos perjudiciales del alcohol, a excepción de incluir la graduación de la bebida alcohólica, y sólo en el caso de la televisión.

* Un 28% de los spots sobre bebidas alcohólicas analizados en televisión y un 50% de los analizados en la radio, están dirigidos explícitamente al público adolescente y joven. El resto de la publicidad sobre bebidas alcohólicas, aunque no se dirija explícitamente a este sector, sí se inserta en programas que habitualmente son seguidos por público joven y adolescente.

* Los elementos audiovisuales más utilizados son estéticas modernas, escenarios de noche, fiestas, pubs y discotecas, música y protagonistas jóvenes, asociando claramente el binomio fiesta-alcohol.

* En la radio se recurre a voces jóvenes y seductoras, y ritmos de música actual y pegadiza. Los mensajes son directos, pegadizos, y con un lenguaje cercano y familiar al público joven.

* Los mensajes publicitarios presentan valores que los jóvenes identifican con sus ideales que se sugiere conseguirán a través del consumo de tal o cual bebida alcohólica.

* La mayoría de la publicidad de las bebidas alcohólicas incita directamente al consumo, y en ocasiones al consumo inmoderado.

* En todos los anuncios analizados, se ofrece una imagen positiva del consumo de alcohol y en el 100%, se encuentra asociado o con la mejora del rendimiento físico, o con el éxito social y/o sexual, siendo estos últimos los más recurrentes.

* Un 37,3% de los spots televisivos analizados, están protagonizados por jóvenes, donde la barrera entre la adolescencia y la mayoría de edad es bastante borrosa. En el caso de las cuñas radiofónicas, este dato alcanza el 54,4%. Más de la mitad de los anuncios transmitidos en los programas de radio analizados, están protagonizados por voces jóvenes/adolescentes, aunque es difícil confirmar que se trate de menores de edad.

* En cuanto al patrocinio de actividades deportivas, culturales o sociales dirigidas a población adolescente por marcas de bebidas alcohólicas, se observa que de todos los programas de televisión analizados, el 22,7% están patrocinados por bebidas alcohólicas. Todas las retrasmisiones de partidos de fútbol pertenecientes a la Liga de Futbol Profesional, están patrocinadas por marcas de bebidas alcohólicas, como ocurre también con los de la Champion League. La situación es semejante en cuanto al patrocinio de programas radiofónicos.



Otros estudios124 como el realizado por Sánchez, Megías, y Rodríguez en 2004 atribuyen la importancia de los jóvenes como objetivo de las estrategias publicitarias en virtud de factores como el hecho de que constituyen un segmento poblacional con una creciente capacidad adquisitiva, que además ejerce una influencia considerable en la elección de las compras que se realizan en el núcleo familiar aunque estén dirigidas a otro miembros de la unidad familiar, y que poseen habitualmente una considerable «cultura» publicitaria que condiciona sus elecciones y las de otros miembros de su entorno (iguales, padres, hermanos, etc.).

Por otra parte, la «juventud» y los valores que se asocian a esta etapa de la vida (dinamismo, belleza, trasgresión, energía, potencial futuro, y otros) se han convertido en los últimos tiempos en un valor social de referencia universal, lo que explica que la publicidad «a medida» para los jóvenes, extienda su ámbito de acción a otros grupos de población no tan jóvenes que persisten en las referencias juveniles.


Estudios recientes como los anteriormente citados, y otros informes como los emitidos por entidades dedicadas a la prevención del consumo de alcohol (Eurocare —European Alcohol Policy Alliance—, o STAP —National Foundation for Alcohol Prevention—), confirman que tanto los Códigos de Autorregulación como las diferentes normativas vigentes en la materia, son repetidamente violados, transgrediendo las limitaciones dirigidas a la protección de los menores, tanto en contenidos, como en restricciones horarias, como en su vinculación a actividades propias de jóvenes.

Alcohol y Publicidad

Es de sobra conocido que la publicidad es uno de los factores que inciden en el consumo de cualquier producto, promocionándolo, dándolo a conocer, haciéndolo atractivo y apetecible, ejerciendo además una gran influencia social en la adopción de ciertos estilos de vida, y valores; y esta es también la estrategia de que se sirve la industria de bebidas alcohólicas para promover su consumo.

Los medios de comunicación tienen cada vez mayor peso en la transmisión de valores a través de sus textos e imágenes, relacionando, por ejemplo, el consumo de una bebida con la adquisición de los valores deseados. De ahí, la enorme influencia que la publicidad tiene en la toma de decisiones de consumo.

El interés que para las industrias tiene la captación de nuevos consumidores ha hecho de los adolescentes y los jóvenes un colectivo diana de la publicidad. Ello se refleja por una parte en los argumentos, significados y valores de los anuncios de bebidas alcohólicas, frecuentemente asociados al ocio juvenil, al ambiente de la noche, a la mejora de la relación grupal, entre sexos, etc. Y por otra en la utilización por parte de las empresas publicitarias de aquellos medios o soportes más afines al público juvenil como son la televisión y la radio, esta última sobre todo a través de los programas deportivos y las radio fórmulas musicales.

Se introducen cargas emocionales buscando la empatía y la identificación de los espectadores con los protagonistas del anuncio y, aprovechando que el consumo de alcohol es una conducta normalizada y arraigada en nuestra sociedad, que se identifica con lo cotidiano, con el ocio y la diversión, convierte a las bebidas alcohólicas en un elemento recurrente para guionistas y productores tanto de series de ficción como de magazines y realities.

La publicidad de bebidas alcohólicas contribuye, pues, a instaurar una
imagen de normalidad del consumo entre adolescentes y jóvenes, disminuyendo la percepción que estos tienen del riesgo asociado al consumo de alcohol.

Se dispone de un acervo normativo tanto estatal como autonómico que restringe y limita, aunque de modo no uniforme, la publicidad de bebidas alcohólicas en cuanto a su contenido, a los lugares en los que se permite o no esta publicidad y en cuanto a los medios o soportes utilizados.

Estas restricciones influyen de modo evidente en la configuración del mercado publicitario de bebidas alcohólicas, que se va adaptando y desarrollando en virtud de las restricciones impuestas por la normativa, entre otras cosas.

Así, surgen nuevas técnicas de publicidad (emplazamiento de productos en series, patrocinio de secciones y programas) que la industria publicitaria utiliza para salvar los límites, acercarse más al espectador y también esquivar la legislación y las recomendaciones en materia de publicidad, e incluso los acuerdos voluntarios de autorregulación realizados por las propias empresas interesadas en el sector.

Por otra parte, la Comisión Europea adoptó el 13 de Diciembre de 2005 una propuesta legislativa para la revisión de la Directiva de la Televisión sin fronteras (Directiva 89/552/CEE, vigente) con el propósito de modernizar esta última, que afecta a la publicidad de las bebidas alcohólicas.

La adicción al sexo presenta síndrome de abstinencia y puede afectar a la vida familiar, la economía y la salud.

Al abordar este tema, la primera cuestión surge de manera automática: ¿Qué se entiende por adicción al sexo? “Se suele definir como la necesidad impulsiva de mantener conductas de sexo repetitivo y mecánico. Sin embargo, existe un problema terminológico y, en lugar de adicción, algunos lo describen como un impulso sexual, excesivo y descontrolado”, aclara el Dr. Farré. Este impulso viene marcado por la biología de cada persona, pero también está influido por muchos otros factores externos.

Existen algunos mecanismos que, aunque no son determinantes, favorecen la adicción. Valores sociales como el consumismo o la importancia de la imagen pueden influir en las conductas adictivas, pero también algunos tipos de personalidad. Así, las personas con baja autoestima o intolerancia a las frustraciones tienen mayores probabilidades. También aquellas personas muy impulsivas o los llamados buscadores de sensaciones: “Son individuos que no soportan la rutina y buscan constantemente el placer, neurológicamente viene marcado por un neurotransmisor llamado dopamina. Además, estas personas parecen tener menos serotonina, neurotransmisor que regula el estado de ánimo y actúa como freno de algunas conductas, y menos betaendorfinas, la sustancia que transmite en el cerebro la sensación de relax y saciedad que surge tras la actividad física o la sexual”, señala el investigador.

En cualquier caso, la conducta sexual se transforma en un problema cuando “el impulso no se puede controlar y se convierte en una agonía porque el afectado no puede pensar en otra cosa. Se transforma en una verdadera esclavitud, que suele acompañarse de una gran culpabilidad. Sin embargo, este sentimiento de culpa queda enterrado por la fuerza del impulso que vuelve a imponerse. A la larga, esta situación puede afectar a la vida familiar, la economía y la salud, con las enfermedades de transmisión sexual”, explica el Dr. Farré.

La adicción al sexo pertenece al grupo de las adicciones comportamentales, es decir que no están dirigidas a algún tipo de droga. Sin embargo, pese a la ausencia de sustancias tóxicas, este tipo de trastornos también presentan síndrome de abstinencia: “En los adictos a estos comportamientos también surgen comportamientos propios de las personas enganchadas a las drogas como irritabilidad, náuseas, insomnio, temblores y, sobre todo, ansiedad”, subraya el neuropsiquiatra.

La conferencia del Dr. Farré también analizó los diversos tratamientos que se emplean en los casos de adictos al sexo. El experto del IU Dexeus destacó que la castración química “prácticamente no se utiliza” y se suele aplicar un tratamiento psicológico: “Para llevarlo a cabo, el primer paso ha de ser aceptar que se tiene un problema y tomar conciencia de algunas actitudes típicas de los adictos como la minimización o la creencia de que lo pueden controlar”, resalta. Entre las medidas concretas se pueden señalar “la mejora de las habilidades sociales, las terapias de reestructuración de pensamiento o las terapias de grupo, como los Adictos Anónimos al Sexo y al Amor”.

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Sueños diluidos en el alcohol - La Opinión

Asistentes a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Foto Gerardo Romo/EDLP

NUEVA YORK.— Según un estudio médico publicado en el "Journal of Drug Issues", y presentado hace unos años en Nueva York, durante la reunión científica anual de la Asociación Sociológica Americana, las dificultades que encuentran para adaptarse a una cultura y un país nuevo llevan con frecuencia a los inmigrantes hispanos a abusar de las drogas y el alcohol.

El sociólogo Scott Akins, de la Universidad Estatal de Oregón, que analizó a los inmigrantes latinos en el noroeste de Estados Unidos, afirma que "las dificultades que enfrentan los inmigrantes pueden alimentar una adicción ya existente o detonar el abuso de sustancias."

El estudio agrega que los inmigrantes enfrentan presiones como el aprendizaje del idioma, la búsqueda de casa y dos o más trabajos, mientras a menudo enfrentan la soledad.

Este fue el caso de Alexis, de 23 años, cuando llegó a Estados Unidos hace cuatro años. "Yo creo que lo que me llevó al alcoholismo fue la soledad, la pérdida de la familia. Me sentía muy solo en esta ciudad, no estaba con mis hermanos, no tenía a nadie y me deprimía y eso era lo que me empujaba a seguir consumiendo para tratar de no sentirme solo".

Otros, como Miguel, de 28 años, admiten que la bebida se ha convertido en un obstáculo para lograr sus sueños en Estados Unidos, a donde emigró hace siete años. "Yo vine aquí con esa ilusión de poder ahorrar para tener algo en mi país y mejorar la vida de mi familia, pero no fue así, porque desgraciadamente me tope con el alcohol y las drogas y así mi vicio fue empeorando más y más".

Para Emilio, otro inmigrante latino de 26 años, que llegó a EE.UU. cuando tenía 14, la bebida también lo llevó casi a la ruina. "Al pasar la semana de trabajo me iba a divertir y gastaba todo el dinero en bebida y me quedaba sin nada. Gastaba hasta el dinero de la renta y al otro día venían los sentimientos de culpabilidad".

La doctora Usha Tandon, directora médica del programa de Dependencia química del hospital Elmhurst, en Queens (Nueva York), también asegura que los jóvenes inmigrantes caen en el alcoholismo porque tienen mucha presión y estrés por ser aceptados en la cultura estadounidense. "Tienen conflictos en casa, con su propia cultura y tradiciones. Tienen presiones económicas, desempleo; hay muchas familias rotas y separadas, también problemas de educación", dijo la psiquiatra.

Según los expertos, las personas que beben en exceso no solo ponen en riesgo sus trabajos, relaciones y seguridad financiera, también pueden perder la vida debido a accidentes y problemas de salud.

"La adicción al alcohol es igual a cualquier otra enfermedad médica crónica, como diabetes e hipertensión, por ello deben ir y buscar tratamiento", exhorta la doctora Tandon.

Sobre el consumo

Aquellas personas en riesgo de desarrollar alcoholismo abarcan:

•Hombres que tomen 15 o más tragos a la semana

•Mujeres que tomen 12 o más tragos a la semana

•Cualquier persona que tome cinco o más tragos por ocasión al menos una vez por semana

Una copa o trago se define como una botella de cerveza de 12 onzas, un vaso de vino de 5 onzas o una 1 ½ onzas de un trago de licor.

Consumo casual: por lo menos un trago de alcohol en 30 días.

Consumo intenso: más de dos tragos por día.

NUEVA YORK.— Según un estudio médico publicado en el "Journal of Drug Issues", y presentado hace unos años en Nueva York, durante la reunión científica anual de la Asociación Sociológica Americana, las dificultades que encuentran para adaptarse a una cultura y un país nuevo llevan con frecuencia a los inmigrantes hispanos a abusar de las drogas y el alcohol.

El sociólogo Scott Akins, de la Universidad Estatal de Oregón, que analizó a los inmigrantes latinos en el noroeste de Estados Unidos, afirma que "las dificultades que enfrentan los inmigrantes pueden alimentar una adicción ya existente o detonar el abuso de sustancias."

El estudio agrega que los inmigrantes enfrentan presiones como el aprendizaje del idioma, la búsqueda de casa y dos o más trabajos, mientras a menudo enfrentan la soledad.

Este fue el caso de Alexis, de 23 años, cuando llegó a Estados Unidos hace cuatro años. "Yo creo que lo que me llevó al alcoholismo fue la soledad, la pérdida de la familia. Me sentía muy solo en esta ciudad, no estaba con mis hermanos, no tenía a nadie y me deprimía y eso era lo que me empujaba a seguir consumiendo para tratar de no sentirme solo".

Otros, como Miguel, de 28 años, admiten que la bebida se ha convertido en un obstáculo para lograr sus sueños en Estados Unidos, a donde emigró hace siete años. "Yo vine aquí con esa ilusión de poder ahorrar para tener algo en mi país y mejorar la vida de mi familia, pero no fue así, porque desgraciadamente me tope con el alcohol y las drogas y así mi vicio fue empeorando más y más".

jueves, 2 de junio de 2011

La Adicción Al Sexo

La adicción al sexo es muy similar a otras formas de conducta compulsiva. Una actividad normalmente saludable es desarrollada de un modo excesivo que crea problemas.

Definición

La adicción al sexo se define como una conducta compulsiva relacionada con el sexo que escapa al control de la persona a pesar de que puede causarles problemas personales, familiares, laborales o de otro tipo.

Cuando el deseo sexual aparece, algo que sucede con frecuencia en estas personas, se van obsesionando más y más con la idea de realizar el acto sexual hasta que el deseo es demasiado intenso y lo llevan a cabo.

Después, suelen tener la sensación de haber perdido el control, con sentimientos de culpa, vergüenza, desesperación y confusión. Se sienten arrepentidos, impotentes y solos, sin atreverse a hablar con nadie del problema que tienen.

La adicción al sexo puede tomar muchas formas, aunque se caracteriza por llevar a cabo de manera compulsiva y sin control algunas de las siguientes conductas:

Uso excesivo de pornografíaMasturbación compulsivaExhibicionismoVoyeurismoFetichismoConductas sexuales de alto riesgoProstituciónSexo por teléfono o internetMúltiples encuentros sexuales con desconocidos

Fases de la adicción al sexo

Preocupación. Aparecen fantasías sexuales continuadas de manera obsesiva.

Ritualización. Una actividad o situación sexual preferida se realiza de forma estereotipada y repetitiva.

Compulsión. Realización de las actividades sexuales de manera compulsiva, a pesar de las consecuencias negativas que pueda tener.

Desesperación. Culpa o vergüenza acerca de su incapacidad para controlar su conducta. Remordimientos.

Prevalencia

Los adictos al sexo proceden de todas las clases sociales y niveles socioeconómicos. La mayoría de ellos son hombres (80%).

Señales de aviso: patrones de conducta que pueden indicar la existencia de una adicción al sexo

El dr. Patrick Carnes, experto en adicción al sexo, explica que existen varios signos que pueden indicar una posible adicción:

1. Tienen un comportamiento sexual que está fuera de control.

2. Experimentan consecuencias muy negativas debido a su comportamiento sexual, pero no son capaces de parar a pesar de ser consciente de ellas.

3. Persiguen de manera persistente conductas destructivas o de alto riesgo.

4. Quieren parar o controlar lo que hacen y tomar medidas para limitar su conducta. Hacen intentos repetidos para cambiar su comportamiento, como cambiar de casa o ciudad, casarse, etc. Algunos deciden no implicarse en ningún tipo de actividad sexual en absoluto, lo cual acaba alimentando la adicción, de modo que pueden pasar de un extremo a otro, alternando entre el exceso y la privación sexual.

5. Usan las fantasías sexuales como un modo de afrontar las dificultades de sus vidas o el malestar emocional. Estas personas  suelen invertir gran cantidad de tiempo fantaseando y obsesionándose con el sexo. De este modo mantienen un estado de excitación sexual casi constante.

6. Necesitan cada vez más actividad sexual para sentir lo mismo.

Tienen intensos cambios de humor relacionados con la actividad sexual. A menudo estos cambios se deben a la vergüenza y el remordimiento que sienten.

7. Dedican mucho tiempo (y cada vez más) a planificar o realizar actos sexuales o arrepintiéndose y tratando de recuperarse de los excesos sexuales (pérdidas de dinero, mentiras, problemas de pareja, negligencia con los hijos).

8. Descuidan actividades importantes (laborales, sociales, recreativas, familiares, etc.) para realizar las conductas sexuales.

Consecuencias negativas de la adicción al sexo

Fuente: Dr. Carnes, sexhelp.com

El 70% tiene problemas graves en sus relaciones.El 40 % ha perdido a su pareja.El 27 % ha perdido oportunidades laborales.El 40 % ha experimentado embarazos no deseados.El 72 % tiene ideas de suicidio.El 17 % ha intentado suicidarse.El 68 % ha estado expuesto a enfermedades de transmisión sexual.El 58 % ha estado en situación de riesgo de agresión sexual o violación.

Causas

Muchas de estas personas informan de algún tipo de abuso durante la infancia, principalmente abuso sexual, que los llevó a sentirse disminuidos o defectuosos como personas.

En las víctimas de abuso sexual es frecuente una preocupación excesiva por el sexo. Es decir, está en su mente con más frecuencia e intensidad que en el resto de las personas debido a que sus primeras experiencias con el sexo fueron traumáticas e impactantes.

El estrés y el dolor emocional juegan un papel importante como desencadenantes y en el mantenimiento de la adicción, pues utilizan el sexo para huir del malestar emocional que sienten. De hecho, una infancia de maltrato psicológico, negligencia o abuso, posiblemente les ha impedido desarrollar formas más funcionales de afrontar el estrés.

Durante el acto sexual se liberan en el cerebro sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y euforia, de las cuales estas personas pueden llegar a tener dependencia. Al igual que con otras sustancias, el cuerpo se acostumbra a ellas, de modo que pueden necesitar más relaciones sexuales y más intensas para alcanzar el mismo efecto.

En otras ocasiones, las víctimas de abusos sexuales tienden a ser adictas al sexo o a caer en la prostitución como un modo de revivir la experiencia pasada de abuso para tratar de manejarla y controlarla adecuadamente.

El 97 % de los adictos al sexo ha sido víctimas de abuso emocional, el 83% ha sido víctimas de abuso sexual y el 71% de abuso físico.

Presencia de otras adicciones

A menudo, los adictos al sexo padecen también otro tipo de adicciones o trastornos, entre los que se encuentran los siguientes (Dr. Carnes, sexhelp.com):

Drogas (42%)Trastornos de la alimentación (38%)Trabajo compulsivo (28%)Compra compulsiva (26%)Juego patológico (5%)

Enfermedades de transmisión sexual

Aunque los adictos al sexo son conscientes de los riesgos existentes, en el momento en que aparece la compulsión hacia realizar el acto sexual, ésta es tan intensa que pueden acabar ignorando los posibles riesgos.

Además, a veces necesitan implicarse en conductas de riesgo para lograr la excitación e intensidad que buscan, lo cual los pone en peligro de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluida el sida.

Qué puedes hacer si eres adicto al sexo

El primer paso consiste en reconocer que tienes un problema que no puedes manejar sólo y que necesitas ayuda.

Si en tu pasado existen viejos traumas que deseas tratar, la terapia te dará esta oportunidad de explorar las consecuencias de los abusos sufridos y procesarlos correctamente para que dejen de dominar tu vida.

A pesar de su implicación constante en actos sexuales, estas personas suelen estar poco informadas acerca de la sexualidad en general, de las prácticas sexuales seguras y de las prácticas sexuales que aporten consecuencias positivas en vez de vergüenza y culpa. Eso es algo que necesitan aprender en su proceso de recuperación.

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Tomado de:  Cepvi
Psicología, Medicina y Salud

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