Domingo, 24 de Abril de 2011
Especial Veinticinco años de rescatar del infierno del alcohol y las drogas a personas con ese problema, cumple este mes el Grupo Ermita de Alcohólicos Anónimos, gracias a Dios, por conducto de dos mujeres que fueron iluminadas para tan loable misión.Laura Durón (+) y María Elena Rodríguez, la primera víctima de la enfermedad etílica y la segunda con un corazón noble y la virtud de servicio, fueron el conducto de un Poder Superior para la apertura de la agrupación.BREVE HISTORIAFue un día de septiembre de 1984, cuando Laura y María Elena se encontraron después de muchos años de no verse, desde que estudiaron juntas en un instituto de inglés, cuando eran muy jovencitas, pero ya Laurita iniciaba con el problema del alcoholismo.Luego del efusivo saludo del reencuentro, María Elena le preguntó a Laurita si todavía tomaba, a lo que contestó que ya no, porque estuvo internada en el Grupo Jóvenes de A.A. en la ciudad de Torreón, pero que se vino por que su padre había ido por ella. Agregó Laurita que la guía del Grupo Rosa B y su Padrino Rubén Castro (+), le sugirieron que abriera un grupo en Saltillo para que no fuera a caer nuevamente en las garras del demonio del alcohol.Fue entonces que la señora María Elena le preguntó qué necesitaba para abrirlo y Laura, sin más, le contestó que un local. Fue cundo de inmediato y por la Gracia de Dios, sin titubeo alguno le ofreció prestado el local que ocupaba para su salón de belleza ubicado en aquel tiempo en la calle Múzquiz, entre Acuña y la Privada María Victoria.HICIERON EL MILAGROEl milagro se hizo, pero ahora faltaba el respaldo de compañeros con experiencia en cuanto a la Terapia de 24 Horas, y fue cuando Rubén Castro se vino de la ciudad de Torreón a servir unos días, y de paso encomendó a Felipe de la Peña (+) y su ahijado Armando T., para que apoyaran a Laura, ambos nacidos en el Grupo Héroes Torreón, pero ya radicados en Saltillo y militantes en el Grupo Coahuila del movimiento de Alcohólicos Anónimos.El entusiasmo de los ahora militantes del nuevo grupo de la corriente denominado Ermita, con la fe requerida y la acción por delante, fue determinante para que la agrupación comenzara a crecer. Entre otros llegó el militar Isaac B. (+) quien fue el primer anexado (interno), Jesús H., Efrén G., Roberto L., Félix G., Marcos H., Félix G. Emma B., Margarita R., Carmen Cortés, Homero A., Pedro P., Fernando F., Alejandro G. Ciro M., José Amador, Lourdes A., Alicia T., y muchos más que por la Gracia de Dios, continúan en su lucha en contra de sus propias emociones, "Solo por Hoy, pero para toda la Vida" .
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